iSocial y la UPC hemos presentado en el Palau Robert las conclusiones del estudio INSESS-COVID19

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iSocial y la UPC hemos presentado en el Palau Robert las conclusiones del estudio INSESS-COVID19

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En un acto celebrado en el Palau Robert de Barcelona y emitido por streaming, la Fundación iSocial y la UPC hemos presentado hoy las conclusiones del estudio ‘INSESS-COVID19: Identificación de Necesidades Sociales Emergentes como consecuencia del Covid-19 y efecto sobre los servicios sociales del territorio’. Más de 100 personas han seguido el acto de manera presencial o telemática, que también ha contado con una brillante conferencia de Xavier Marcet sobre «El reto de la creación de valor y positividad en las organizaciones en tiempos convulsos», y con intervenciones de la directora General de Servicios Sociales de la Generalitat, Meritxell Benedí, la directora General de Igualdad, Mireia Mata, y la Vice-rectora de responsabilidad social de la UPC, Gemma Fargas.

El estudio ha sido presentado por sus coautores, Toni Codina, director de la Fundación iSocial, y Karina Gibert, catedrática del Intelligent Data Science and Artificial Intelligence (IDEAl) de la Universidad Politécnica de Cataluña (UPC).

El estudio se ha basado en una encuesta realizada a 1.000 personas usuarias de servicios sociales de todo el territorio, y procesada por medio de técnicas de ciencia de datos y de inteligencia artificial. Y ha mostrado los principales impactos que la crisis del Covid-19 ha tenido y está teniendo sobre las 107 áreas básicas de servicios sociales municipales y comarcales, en una doble dimensión: el impacto sobre las personas con necesidades de atención, y el impacto en la práctica de los equipos profesionales de servicios sociales. Un impacto que ha llegado en un momento en que como sociedad todavía no nos habíamos recuperado del todo de la crisis económica iniciada en 2008, añadiendo una carga adicional a unos servicios sociales de los entes locales ya muy sobrepasados. Además, ha irrumpido en un estado de maduración tecnológica menos avanzado de lo que habría sido deseable en los servicios sociales.

En primer lugar, INSESS-COVID19 muestra cómo la crisis actual del Covid-19 está impactando, por un lado, sobre sectores de la población que ya fueron víctimas de la última crisis económica y, por otro, sobre grupos de población y realidades sociales diferentes que configuran un nuevo foco de necesidades sociales emergentes que reclaman también la atención de los servicios sociales básicos del territorio.

En cuanto a los impactos en el ámbito laboral, INSESS-COVID19 concluye que el número de personas usuarias de servicios sociales que no trabajan ni reciben ninguna prestación se ha incrementado un 50% durante la pandemia. También muestra que el 62% de usuarios ha necesitado una ayuda, y en el 46% de los casos ha sido alimentaria. Además, el sentimiento de soledad ha aumentado un 29%. El estudio apunta a la aparición de nuevos perfiles, nuevas vulnerabilidades y nuevos «desafíos» para los servicios sociales.

El informe se ha elaborado a partir del resultado de 1.000 encuestas realizadas en todo el territorio con la implicación de las áreas básicas de servicios sociales. El 67,5% de las respuestas las han aportado mujeres, al responder a los perfiles que se buscaban por parte de los investigadores. «La necesidad tiene nombre de mujer», señaló Karina Gibert.

Los resultados muestran como los servicios sociales han tenido que continuar atendiendo a personas que también sufrieron la crisis económica de 2008, pero que a éstas se han sumado nuevos perfiles, con una afectación nueva y especial entre la gente mayor y las mujeres en general. Además, ha irrumpido la brecha digital, los efectos sobre los trabajadores esenciales o sobre la gestión del tiempo, entre otros.

En el ámbito laboral, y más allá del aumento del 50% de los que no trabajan ni reciben ninguna prestación, ha crecido un 18% el número de personas que trabajan pero reciben una prestación, y un 11% el de personas que no tienen ningún trabajo ni ocupación. Las personas despedidas o que han dejado el trabajo ha aumentado en un 78%, y un 36% más han reducido su jornada laboral. Además, ha crecido un 110% las personas que tenían un negocio y han tenido que cesar la actividad o han quebrado.

Al ser preguntados por el futuro, el 51% de los que no trabajan creen que no encontrarán trabajo en enero de 2021. Los motivos que aducen son el cierre de empresas, la edad o la falta de formación para los trabajos ahora más demandados. Un 49% de los encuestados asegura haber teletrabajado -al enero eran sólo un 5%- y un 34% de los que lo han hecho han necesitado apoyo emocional. El 22% de estos asegura que les ha faltado tiempo para el cuidado familiar.

En el ámbito de los servicios sociales, el 62% de los encuestados asegura haber necesitado algún tipo de ayuda y el 64% la ha ido a pedir a su ayuntamiento. Un 12% ha solicitado la Renta Garantizada de Ciudadanía y un 16% ha pedido ayuda psicológica. Además, un 52% de los encuestados solicitó ayudas que involucraban prestaciones económicas durante la primera ola de la pandemia. Sin embargo, el 70% de estos no había cobrado la ayuda solicitada a fecha de 1 de julio.

El director de la Fundación iSocial, Toni Codina, explicó que el Covid-19 está provocando también consecuencias en el ámbito de la vivienda pero auguró una «eclosión» de problemas una vez finalice el estado de alarma. Los resultados de la encuesta muestran que un 25% han necesitado ayudas para pagar el alquiler -el 52% los han ido a buscar al Ayuntamiento- y el 27% ha requerido ayuda para pagar los suministros del hogar. Además, un 11% ha necesitado apoyo para pagar tasas y tributos. Codina ha apuntado que son cifras «todavía moderadas», pero ha insistido en que no sería de extrañar que estas experimentaran un incremento importante en los próximos meses una vez acaben las medidas del estado de la alarma para contener los desaucios y los cortes de suministros.

Por otra parte, el estudio concluye que se ha incrementado la sensación de soledad y lo ha hecho especialmente en mujeres alrededor de los 60 años y que viven solas y sufren una cierta brecha digital. En líneas generales, el 73% de los encuestados cree que la crisis del Covid-19 les ha aislado, el 41% han requerido apoyo emocional y el 58% de los que tienen discapacidad aseguran que están peor después del Covid-19. Lo mismo ocurre entre los que tienen un problema de salud mental, donde un 74% dice que después de la primera ola están peor y entre estos hay un 5% de nuevos enfermos.

Un 6% de los encuestados aseguran ser víctimas de algún tipo de violencia y el 72% de estos son mujeres. Además, un 17% de las víctimas tienen formación universitaria y el 15% marcan hasta tres perfiles diferentes de agresores.

En cuanto a la brecha digital, un 48% de los encuestados asegura no tener ordenador, un 77% no tiene tablet y un 28% no tiene wifi. Hay un 4% que no tiene ni móvil. El 19% de los que sufren brecha digital es por falta de competencias, mientras que hay un 15% que es por falta de acceso a los dispositivos.

El estudio muestra también que el Covid-19 hizo que un 27% de los encuestados se quedaran con juicios sin resolver, entre los que había órdenes de alejamiento por violencia machista y procesos de regularización. En julio, el 81% de estas procesos continuaban sin resolverse, siendo inmigrantes y mujeres los perfiles más afectados.

Por otra parte, Codina ha explicado que el estudio también ha mostrado el enorme impacto y desafío que esta crisis ha provocado en los equipos de atención de servicios sociales. Estos han tenido que afrontar una avalancha repentina de la demanda de ayudas, de la tramitación de prestaciones y de gestiones de todo tipo en un escenario de graves dificultades para mantener la intervención con personas a menudo con necesidades muy graves y muy complejas.

En este sentido, Codina ha apuntado que la crisis ha hecho aflorar muchas carencias del sistema catalán de servicios sociales que ya se conocían, pero que se han puesto más en evidencia. Ha añadido que esto obligará a acelerar las mejoras y transformaciones ya planteadas por el nuevo Plan estratégico de servicios sociales 2020-2024 aprobado recientemente por el Parlamento de Cataluña. El director de iSocial aseguró también que serán necesarios nuevos perfiles profesionales para atender las nuevas realidades, ya que algunas ya se observaron en la crisis de 2008 pero otras, como la brecha digital, el incremento de las situaciones de soledad y depresión, o la afectación en profesionales de sectores esenciales, son nuevas.

El vídeo de la presentación del informe y de la conferencia de Xavier Marcet lo podéis visualizar ya en nuestro canal de Youtube. La versión completa del informe en PDF estará disponible en los próximos días en la web de iSocial, junto con el documento resumen presentado en el acto de hoy.

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