Ana Bella: “Gracias a las redes sociales construimos la red de mujeres supervivientes de violencia más grande del mundo”
Ana Bella: “Gracias a las redes sociales construimos la red de mujeres supervivientes de violencia más grande del mundo”
“Cuando empezó el WhatsApp, empezamos a utilizarlo para hacer terapia y acompañamiento, o por Skype antes de que hubiera Zoom. Cuando ha venido la pandemia, nosotras estábamos completamente preparadas con nuestra red online de apoyo y nuestras tácticas.”
Cuando decidiste crear una fundación para ayudar a mujeres en situación de maltrato, ¿cuáles fueron los primeros pasos?
El que era mi marido decía que me pegaba porque me quería. Durante 11 años me maltrató y nadie me ayudó. Nadie se dio cuenta de lo que estaba haciendo, ni siquiera yo misma. Recuerdo que veía programas en la tele de mujeres asesinadas y me preguntaba por qué esa mujer no se había ido de casa antes de que la maten, sin darme cuenta de que yo era una de ellas. Que tú dices, bueno, el maltrato psicológico es más sutil, es más difícil darte cuenta, pero ¿maltrato físico y no te reconoces como una víctima de violencia de género? Sé que parece surrealista, pero es lo que me ha pasado a mí.
Cuando salí de la casa de acogida, decidí hacer algo, yo no podía dormir pensando en tantas mujeres que estarían viviendo ese terror silencioso e invisible que yo viví durante 11 años sin darme cuenta. Soy una mujer inteligente, sacaba las mejores notas en mis estudios, tenía un negocio en Puerto Banús con gente trabajando para mí… Y yo no me reconocí como una víctima de violencia de género.
Como los programas de la tele o los posters de mujeres con el ojo morado no lograron que yo me identificara con ellas, decidí salir a cara descubierta y sonriendo, dando otro mensaje en positivo. Diciéndole a las mujeres que hay otra alternativa a ser asesinada, como sale en las noticias, que es la de ser feliz. En mi primer programa en Canal Sur me llamaron más de 1.000 mujeres, estuve un año entero para devolver todas las llamadas.
La primera mujer que ayudé se quedó en mi casa, luego ella desde su casa ayudó a otra, y esta a otra… Y ya en el año 2006 creé la fundación Ana Bella, porque yo quería hacer una entidad que me superara en el tiempo y que, con más o menos recursos, fuéramos las propias supervivientes las que fuéramos capaces de transformar ese sufrimiento que vivimos, y que nos estigmatizaba como víctimas, en experiencia y empatía para ayudar a otras. Nosotras no somos el problema, sino parte de la solución.
La creé con un préstamo personal y ahora tenemos una red en 82 países con 27.000 mujeres actuando como agentes de cambio. En España hemos ayudado a 42.000 mujeres para que rompan el silencio, se empoderen con un trabajo digno y recuperen sus vidas, no como víctimas dependientes de un subsidio sino como mujeres empoderadas, felices y capaces de conquistar sus sueños y ayudar a otras. Estuve 10 años compaginando mi trabajo con el de la Fundación.
¿Cómo pueden usarse las redes sociales para ayudar a las mujeres?
Nosotras hemos descubierto que a través de las redes sociales hay mucho control por parte de los maltratadores. Esa es la peor parte: ejercen un control sobre ti, mirándote las contraseñas, siguiéndote, sabiendo dónde estás, todo.
Pero a través de las redes sociales también podemos canalizar el amor, la empatía y la experiencia de las supervivientes ayudando a otras. Gracias a las redes se puede ayudar a las mujeres.
Únete a nuestra Red Ana Bella de Mujeres Supervivientes aquí: https://www.facebook.com/groups/RedDeMujeres
Las redes sociales han dejado de ser un espacio “exclusivamente” dedicado al entretenimiento. A través de tu red de apoyo, ¿qué herramientas te fueron más útiles para conectar y dinamizar una comunidad que no paraba de crecer? ¿Qué medios tenías a tu disposición y cómo dinamizaste la comunidad?
Casi ni hace falta dinamizar nuestras redes ya que tenemos miles de interacciones al día, muchísimas. Las mujeres necesitamos compartir nuestra experiencia de superación para completar nuestro camino de sanación y hemos creado un espacio seguro y de confianza para hacerlo dentro de la Red, ya que a veces la gente de nuestro alrededor no comprende que hayamos permanecido en una relación de abuso tanto tiempo, o se cansan de escucharnos. Aunque contamos con dos personas contratadas que gestionan las redes, las voluntarias ejercen diferentes roles dentro de la Red, van detectando a las mujeres que necesitan ayuda más allá del apoyo mutuo de la Red y las ponen en contacto con nuestra Fundación Ana Bella, moderadoras de los debates que se originan, coordinadoras, amigas en red, etc. La inmediatez y la sororidad de nuestra Red Ana Bella de Mujeres Supervivientes permite que, cuando una mujer pide ayuda, haya 100, 200 o 300 que le contestan, cada una con su experiencia. Es maravilloso.
La dinamización de foros en línea es una tarea complicada: ya sea a través de Facebook Groups, o de chats privados y/o en abierto. ¿Cómo dirigisteis el equipo profesional para ayudar y que las supervivientes se empoderen para dar testimonio y tirar adelante? ¿Fue tal y como previsteis al principio?
Todo empezó con mi vídeo testimonio “Lo nuestro es Amor o Muerte”, que tuvo 92 millones de views en dos semanas. Otras mujeres supervivientes se sintieron reflejadas en mi historia y se empoderaron para contar ellas sus experiencias de superación del maltrato. Al principio hicimos un grupo de Facebook privado, es decir, que para entrar tenemos que validar cada perfil, pero dentro de ese grupo creamos un grupo secreto para las mujeres que vivan una situación de violencia y necesiten ayuda. El grupo grande sería para el empoderamiento de la mujer y para hablar de nuestras cosas, y el secreto para víctimas de violencia de género.
Nuestra sorpresa fue que a la mayoría no le importaba hablar de su experiencia de maltrato en el grupo principal al ser un grupo seguro y de confianza, donde todas habíamos pasado por lo mismo.
Facebook es la principal red social que has usado en tu emprendimiento. Actualmente, las personas más jóvenes prefieren otras plataformas. ¿Has tenido dificultades para llegar a mujeres adolescentes y/o jóvenes?
Es verdad que las jóvenes no usan Facebook, usan más Instagram. A través de nuestra cuenta @fundacionanabella, recibimos muchas peticiones de ayuda, gracias nuestro proyecto #ElAbusoNoEsAmor con el que mostramos las señales de alarma frente a relaciones abusivas. El 66% de las jóvenes menores de 24 años que son maltratadas por su pareja no se dan cuenta de ello, frente a un 40% de las adultas.
Nosotras hemos formado a supervivientes de violencia de género jóvenes para que realicen talleres en centros educativos (universidades, colegios, institutos…), centros deportivos y de ocio para dar a conocer esas señales de alarma que les pueden dar de pauta de que su relación es abusiva y que están muchas veces camufladas por los mitos del amor romántico. También enseñamos cómo tener relaciones sanas y cómo saber si tu amiga está siendo maltratada y cómo ayudarla a romper el silencio.
Tenemos un teléfono específico para jóvenes, 665541133. Si algún centro educativo quiere que vayamos a visitarlos, nos pueden buscar en la web e iremos encantadas. Este proyecto lo empezamos con la marca Yves Saint Laurent, que nos apoya para poder realizar estas formaciones de forma sistémica.
Recibiste varios premios en innovación social por tu proyecto de inserción laboral. ¿Puedes hablarnos de este proyecto y los obstáculos que encontrasteis para tirarlo adelante?
Todo empieza desde nuestra experiencia. Yo estaba en una casa de acogida y me mandaron a un programa para formar a mujeres maltratadas (nosotras ya hemos conseguido que digan supervivientes). Cuando necesitas un certificado de víctima para cualquier ayuda es como una doble victimización.
Cuál fue mi sorpresa cuando, al llegar a este programa, era una formación para ser limpiadora. Ojo, que es un trabajo digno, pero yo les dije: “Mira, he empezado un negocio desde cero, sé hablar inglés, ¿no puedo estudiar secretaria de dirección bilingüe u otra cosa?”. Pues parece que, si tú has sido maltratada, tu canal de inserción laboral en aquella época (2002) era pasar por trabajos invisibles, poco remunerados y sin prestigio social que te están llevando a la exclusión.
Cuando pudimos, en la Fundación Ana Bella quisimos darle la vuelta a esto y ofrecer trabajos cara al público, trabajos que te empoderen, que se vea que somos un valor para la sociedad y que tenemos mucho que aportar. Que todas esas cualidades o recursos personales que hemos utilizado para resistir y superar un maltrato, las podemos enfocar en nuestra inserción laboral y en el trabajo que hacemos, que es muy eficaz y contribuye al desarrollo económico y social de las empresas. Que no somos víctimas para siempre.
La primera empresa que creyó en este poder de las mujeres supervivientes fue Danone con Momentum Task Force. Empezamos un proyecto piloto de embajadoras de marca en los supermercados. Les dimos un trabajo de imagen de la propia marca frente a los clientes y las clientas. Estos eran trabajos trampolines, temporales, que ayudaban a las mujeres a empoderarse y a ganar confianza. El resultado social fue genial, nos han dado muchos premios, porque demostramos que, aparte de un cambio de paradigma social, también estábamos dando un rendimiento económico.
Estamos demostrando que nosotras no somos víctimas que necesitemos una discriminación positiva para empezar a trabajar, sino que somos supervivientes que con todas esas herramientas podemos aportar un valor y compromiso a la empresa. Por este programa han pasado ya más de 8.000 mujeres, nosotras las formamos en un itinerario personalizado de empoderamiento donde descubren qué vocación tienen y las vamos apoyando en todo el camino hasta que consiguen sus metas personales y profesionales. Además somos parte de Incorpora de la Caixa.
Gracias a que colaboramos con más de 120 empresas, logramos que las mujeres accedan, no a cualquier trabajo sino a uno acorde con sus aspiraciones personales. Así, salen de la violencia, no como víctimas dependientes de un subsidio, sino como mujeres empoderadas con un trabajo acorde con sus expectativas personales y profesionales, capaces de conquistar sus sueños y felices, que es lo más importante.
¿Qué opinas sobre las líneas de apoyo y denuncia públicas? ¿Si pudieras cambiar el procedimiento, qué harías? ¿Por dónde empezarías?
Cuando empecé a trabajar con mujeres en el año 2002, no existía el 016, ni siquiera estaba la ley, que fue en el 2004. Nosotras ya sabíamos que es muy difícil que una mujer venga a ti. Tenemos que ir nosotras a donde están las mujeres y tenemos que usar los métodos a nuestra disposición para llegar a cuantas más mujeres mejor.
Por eso vamos a centros educativos y a empresas para formar a las plantillas y que sepan actuar como agentes de cambio detectando y ayudando a las víctimas invisibles. Cuando empezó el WhatsApp, ya lo utilizábamos para hacer terapia y acompañamiento, o por Skype antes de que hubiera Zoom. Cuando ha venido la pandemia, nosotras estábamos completamente preparadas con nuestra red online de apoyo y nuestras tácticas.
En España tenemos las mejores leyes del mundo, tenemos más de 200 medidas: ¿qué es lo que está fallando? Falla la gente de alrededor, que tiene que actuar, porque todo se lo pedimos a la víctima. Solo el 1% de las denuncias son interpuestas por la gente de alrededor.
¿Qué se puede cambiar? Se puede cambiar que, cuando un familiar, una amiga, una compañera de trabajo denuncia que su vecina, hermana o amiga está siendo maltratada, esa denuncia siga adelante a pesar de que la víctima no declare. Que se haga una investigación, que se pongan unas medidas, porque el 90% de las mujeres asesinadas en España no habían denunciado. Muchas mujeres que necesitarían una orden de alejamiento no van a denunciar. Pues que denuncie la policía, servicios sociales o la gente de alrededor que lo sabemos y que eso sirva para salvar a más mujeres.
También que sea más fácil, que haya una ventanilla única, porque, aunque hay tantos anuncios y todo, las mujeres nos siguen llamando a la Fundación Ana Bella porque no saben dónde ir. Que los procedimientos fueran mucho más ágiles y que la gente que intervenga esté muy formada. Las leyes están perfectas y las medidas también, pero hay que hacer que se apliquen bien.
¿Qué le dirías a una mujer que se encuentra en una relación de maltrato, pero no está preparada para reconocer esta situación?
Le diría que se merece ser feliz. Que si no está feliz con su pareja, esa es la señal más grande para dejarle. Que si tiene miedo a simplemente plantearle dejar la relación, es otra señal de alarma de que esa relación puede ser abusiva. Y que toda la fuerza, todo el miedo, todo el valor, toda la paciencia que utiliza cada día para resistir ese maltrato, esa relación tóxica y de abuso, es lo que va a necesitar para pedir ayuda y empezar una vida nueva. Que no está sola y que se merece ser feliz.
Si conoces a una amiga que pudiera estar siendo maltratada, puedes llamar a la Fundación Ana Bella al 667233133 porque esta mujer se merece ser feliz. Si quieres ayudar, puedes hacerte socia de la Fundación: cada 500 euros recaudados es una mujer más que podemos ayudar. www.fundacionanabella.org
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