Victoria Mandefield: “La SoliguĆa permite a los profesionales ganar tiempo para el trabajo social y el acompaƱamiento”
Victoria Mandefield: “La SoliguĆa permite a los profesionales ganar tiempo para el trabajo social y el acompaƱamiento”
Hablamos con Victoria Mandefield, CEO de Solinum y creadora de la Soliguide, o SoliguĆa, buscador digital de recursos y organizaciones sociales para las personas en situaciĆ³n de vulnerabilidad. Gracias al proyecto Solidigital, la SoliguĆa llega a Catalunya y se integrarĆ” con Nidus y con la aplicaciĆ³n francesa Reconnect
CĆ³mo naciĆ³ la idea de la SoliguĆa?
La idea surgiĆ³ en Francia, a partir de mi experiencia como voluntaria, ya que tenĆa que orientar a las personas y a menudo me encontraba que les daba informaciones que no eran correctas. El sector social es un sector que cambia mucho: hay mucha rotaciĆ³n entre los trabajadores sociales, los voluntarios cambian, las organizaciones cierran y abrenā¦ y puede resultar difĆcil situarse. AdemĆ”s, hay muchĆsimos actores en juego: asociaciones, servicios pĆŗblicosā¦ y todo resulta un poco caĆ³tico. Yo necesitaba tener informaciones actualizadas, precisas y completas, y es por este motivo que creĆ© la SoliguĆa. Al principio era un proyecto muy pequeƱo y limitado, pero con el paso del tiempo se ha convertido en algo mĆ”s profesional, por asĆ decirlo.
Y ahora la SoliguĆa llega a CataluƱa. ĀæCĆ³mo ves este salto mĆ”s allĆ” de la frontera?
Creo que la principal aportaciĆ³n respecto a la implantaciĆ³n en Francia es justamente que ganaremos mucho tiempo. Hoy, cuando nos extendemos a nuevos territorios de Francia, es muy rĆ”pido; sabemos exactamente quĆ© hacemos, conocemos las metodologĆas, seguimos etapas muy marcadas y vamos al grano. Mientras que al principio no sabĆamos muy bien quĆ© hacĆamos y era un poco un caos. Por lo tanto, tardĆ”bamos mucho en ver el impacto social de la SoliguĆa, en difundirla y en tener datos de calidad. Ahora, ya no es asĆ. Y eso es lo que me gustarĆa aportar a CataluƱa y EspaƱa: poder ir mĆ”s rĆ”pido para conseguir un impacto social mĆ”s grande. AdaptĆ”ndonos, claro estĆ”, a las realidades locales, porque habrĆ” cosas que no sabemos y que descubriremos, mientras que otras cosas habrĆ” que cambiarlas, y eso serĆ” un ejercicio interesante.
ĀæQuĆ© desafĆos prevĆ©s que puede encontrarse la SoliguĆa en su despliegue en CataluƱa?
Pienso que la belleza de todo esto es dejarnos sorprender por ciertas cosas. Probablemente las relaciones institucionales no son las mismas en Francia y en EspaƱa. Culturalmente son dos paĆses bastante diferentes. No habrĆ” las mismas realidades. El tipo de migraciĆ³n que hay es diferente en CataluƱa y en Francia, aunque haya cosas que coincidan. Y este es el gran interĆ©s de un proyecto transfronterizo: que habrĆ” intercambios bilaterales que nos permitirĆ”n ayudar mejor a las personas.
TĆŗ tienes una formaciĆ³n fundamentalmente tecnolĆ³gica. ĀæDe quĆ© manera crees que la tecnologĆa puede contribuir a mejorar las condiciones de vida de las personas y reducir las situaciones de desigualdad?
Justamente porque soy ingeniera, a menudo la gente espera que tenga una posiciĆ³n muy a favor de la tecnologĆa, que diga que resolverĆ” todas las necesidades del mundo, cuando de hecho no lo pienso en absoluto. La tecnologĆa puede ser pertinente en diversos aspectos. Sobre todo en tĆ©rminos de eficiencia. En 2023, se hicieron 3,7 millones de bĆŗsquedas en la SoliguĆa. Son volĆŗmenes muy importantes. Cuando lo comparo con mi etapa de voluntaria: allĆ daba las informaciones de una en una, y podĆa dar quizĆ” una media de diez informaciones a lo largo de unas cuantas horas. En este caso, la tecnologĆa nos permite tener mucho mĆ”s impacto a gran escala y hacer mĆ”s eficientes ciertas cosas que no siempre son gratificantes. Para los trabajadores sociales, por ejemplo, buscar una informaciĆ³n desesperadamente, pedirla a sus colegas, llamar quiĆ©n sabe dĆ³nde, buscar en viejas carpetasā¦ no son actividades que tengan un gran valor aƱadido. Y de repente, si pueden ganar este tiempo, es tiempo que ganan para el trabajo social. Este es uno de los grandes impactos de la SoliguĆa: permite a los profesionales concentrarse en las relaciones humanas, en el acompaƱamiento social, un aspecto que las herramientas digitales nunca podrĆ”n sustituir.
ĀæCĆ³mo medĆs el impacto social de la SoliguĆa?
El tema de la evaluaciĆ³n del impacto social es un tema muy importante para mĆ. Ya hemos hecho 3 informes en este sentido. Es relevante, porque evidentemente siempre hay anĆ©cdotas, y vemos personas a las que la SoliguĆa ha ayudado a acceder a cuidados, a encontrar ayudas, etc. Pero con esto no basta. Tiene que haber una evaluaciĆ³n del impacto que sea rigurosa, que vaya mĆ”s allĆ” de la anĆ©cdota, es decir, que sea cuantitativa. Y entonces vemos que los impactos mĆ”s grandes son el tiempo ganado para los profesionales y las personas voluntarias de la acciĆ³n social, una mejor coordinaciĆ³n entre los actores de un mismo territorio, el hecho de orientar con datos de mejor calidad. Y tambiĆ©n una mejor relaciĆ³n de confianza entre los actores del sector solidario y sus beneficiarios. Antes los beneficiarios pedĆan informaciĆ³n y las personas que trabajaban en el sector les daban la que podĆan, que no siempre era la correcta. Y ahora, con la SoliguĆa, les dan informaciones actualizadas, lo que genera mĆ”s confianza. TambiĆ©n sabemos que la SoliguĆa es muy eficiente econĆ³micamente para un territorio. Por cada euro invertido, el retorno es de 1,93ā¬ de ahorro, porque todo este tiempo perdido, toda esta energĆa perdida cuesta dinero.
ĀæY cĆ³mo se revisa la calidad de los datos recogidos en la SoliguĆa?
Este es el aspecto clave, y no siempre se le presta la atenciĆ³n que merece. A menudo las personas piensan: “HarĆ© una cartografĆa fantĆ”stica, en la aplicaciĆ³n habrĆ” estas prestaciones, aquellas funcionalidad y todo irĆ” sobre ruedas”. Y dejan de lado lo que es el corazĆ³n del proyecto: los datos. Es muy, muy difĆcil tener datos de calidad. Nosotros, lo que hacemos es evaluar la vigencia de los datos de un territorio, para asegurarnos de que estĆ©n actualizados. Y somos muy precisos en este aspecto. Por ejemplo, si una organizaciĆ³n cierra durante el verano, eso estarĆ” reflejado. No hacemos constar solo los horarios, sino tambiĆ©n quĆ© dĆas cierran, etc., porque eso es importante para las personas. Y tambiĆ©n nos aseguramos de que la informaciĆ³n sea completa. EstĆ” bien saber que hay un punto de distribuciĆ³n de alimentos en un cierto lugar, pero si no sabes exactamente a quĆ© pĆŗblico estĆ” dirigido, quĆ© justificante hay que aportar, si estĆ” saturado o no, o si no tienes las informaciones de contacto, no es tan Ćŗtil.
Es una tarea de detalleā¦
TambiĆ©n intentamos ser muy exhaustivos a escala territorial. Si incluyĆ©ramos en la SoliguĆa solo dos o tres entidades o estructuras de cada territorio, no serĆa pertinente. Es importante recoger el mĆ”ximo posible y si puede ser todas las organizaciones que existen en un determinado territorio para poder orientar mejor a las personas.
Y para hacer esto, claro estĆ”, se necesita el factor humano. No hay un atajo a travĆ©s de la tecnologĆa. Nosotros hacemos campaƱas de puesta al dĆa en verano y en invierno, e intentamos hacerlo lo mĆ”s automatizado posible. Pero siempre hace falta hacer llamadas y verificar que la informaciĆ³n siga siendo correcta. Es mucho trabajo. Y tambiĆ©n hay la creencia de que las herramientas digitales pueden funcionar solas, pero no es asĆ: no van solas, hace falta que haya gente detrĆ”s para hacerlas funcionar. Por eso, la SoliguĆa siempre necesita tener socios que puedan hacer el trabajo sobre el territorio.
Uno de los puntos fuertes del proyecto Solidigital es la colaboraciĆ³n transfronteriza. ĀæQuĆ© ventajas crees que tiene este formato de colaboraciĆ³n?
Hay una razĆ³n fundamental que hace interesante esta cooperaciĆ³n transfronteriza, y es que estas fronteras son muy porosas. Una frontera no existe mĆ”s que en el plano administrativo. Pero en realidad, puedes pasar de un lado a otro, y tambiĆ©n hay muchas problemĆ”ticas que son compartidas. La cooperaciĆ³n transfronteriza nos permite trabajar conjuntamente para resolver los problemas que tenemos en comĆŗn, asĆ como compartir buenas prĆ”cticas y no malgastar demasiada energĆa volviendo a hacer cosas que ya existĆan. Y lo que encuentro muy interesante de este proyecto es la interconexiĆ³n. En el sector social hemos perdido mucho tiempo a la hora de usar y desarrollar la tecnologĆa y las herramientas digitales. Vamos con mucho, mucho de retraso respecto al sector privado. Pero ahora, desde hace unos aƱos, el mundo privado trabaja mucho en el Ć”mbito de la interconexiĆ³n de las herramientas. Se ha acabado eso de crear herramientas monolĆticas. Los desarrolladores ahora trabajan para hacer herramientas que se interconecten con otras herramientas, que a su vez se interconecten con otras herramientas, etc. Y eso es lo que mejor funciona. Y de repente, resulta que en el sector social tampoco vamos tan atrasados: solo hace falta que interconectemos las herramientas, y no que pensemos en una herramienta mĆ”gica que lo solucione todo. Eso es lo mĆ”s importante del proyecto Solidigital: poder dar un salto adelante en el sector social, avanzando en la democratizaciĆ³n de la tecnologĆa y en la democratizaciĆ³n de la interconexiĆ³n de las herramientas tecnolĆ³gicas.
Un ejemplo de esta interconexiĆ³n, justamente en el marco del proyecto Soligidital, es la integraciĆ³n de la soliguĆa con las herramientas Nidus en CataluƱa y Reconnect en Francia. ĀæQuĆ© beneficios crees que aportarĆ” esta interconexiĆ³n?
Yo creo que lo que la SoliguĆa aportarĆ” a Nidus y a Reconnect es mĆ”s valor aƱadido para los usuarios. Lo hemos probado en Francia en diversas ocasiones, como en el caso de la aplicaciĆ³n Entourage, y creo que con Nidus y Reconnect serĆ” lo mismo: para los usuarios serĆ” fantĆ”stico tener un mapa proveniente de la base de datos de la SoliguĆa, ya que no tendrĆ”n que buscar la informaciĆ³n que necesitan en otra aplicaciĆ³n. Y en nuestro caso, la integraciĆ³n tiene un beneficio inmenso, que es el de aumentar nuestro impacto social. Nosotros, por ejemplo, no tenemos una estrategia de comunicaciĆ³n de cara al gran pĆŗblico, no nos dirigimos al conjunto de los ciudadanos, pero gracias a las interconexiones que hemos ido haciendo, llegamos a usuarios a los que nunca habrĆamos pensado llegar.
ĀæCĆ³mo se puede asegurar la continuidad de este proyecto a largo plazo?
Para asegurar su continuidad, hay dos aspectos clave. El primero es hacer un buen trabajo: si tienes un impacto social significativo, te vuelves necesario. Si puedes probar de manera objetiva que tus indicadores de evaluaciĆ³n de impacto social son excelentes, la cosa sigue. AsĆ lo hemos vivido en diversos territorios. El segundo aspecto es la apropiaciĆ³n por parte de los actores institucionales. La co-construcciĆ³n tiene muchas virtudes; una de ellas es la virtud de poder tomar decisiones mejores, adaptadas a las realidades locales. Pero tambiĆ©n tiene la virtud de poder permitir a las personas hacerse suyo el proyecto. Y si sienten que el proyecto es suyo, es mĆ”s difĆcil que lo dejen de lado, y es mĆ”s fĆ”cil, en cambio, que los polĆticos y las entidades inviertan en Ć©l, ya sea con dinero o con recursos humanos.
ĀæCrees que el sector social ha cambiado en los Ćŗltimos aƱos?
Ha cambiado, sin duda; en algunas cosas hacia mejor, en otras hacia peor, pero creo que nosotros hemos participado, en todo caso, en una cierta digitalizaciĆ³n positiva del sector. Digo “digitalizaciĆ³n positiva”, porque ha habido otra menos positiva en el sentido de que, por ejemplo, ahora se obliga a los beneficiarios de los servicios sociales a hacer todas las gestiones en lĆnea, sin ayuda, y eso es complicado. Pero la tecnologĆa tambiĆ©n puede ser Ćŗtil, y es en eso que estamos trabajando.
Otra aportaciĆ³n que ha habido y de la cual hemos formado parte, es una cierta forma de colaboraciĆ³n. Al principio, por ejemplo, cuando hablĆ”bamos de la participaciĆ³n de las personas implicadas en la acciĆ³n social, nos sentĆamos un poco solos. Parece muy evidente que en un proyecto social se debe pedir la opiniĆ³n de las personas implicadas, pero la verdad es que hace unos aƱos no era una posiciĆ³n mayoritaria. Se acompaƱaba a las personas en el dĆa a dĆa, sĆ, pero se tenĆa la idea de que se conocĆan sus necesidades reales, lo cual no es verdad. Y creo que eso ha cambiado, que se ha entendido que hay que incluir la participaciĆ³n de las personas implicadas.
ĀæQuĆ© rol deberĆa jugar la polĆtica respecto a la pobreza y la exclusiĆ³n social? ĀæCrees que la innovaciĆ³n tecnolĆ³gica puede ayudar a poner estas problemĆ”ticas en la agenda?
Lo que puede aportar la tecnologĆa, y lo que nosotros intentamos aportar, son datos fiables. Cada vez tenemos mĆ”s datos y hacemos mĆ”s anĆ”lisis de estos datos. Nosotros podemos decirles a los representantes polĆticos: “Mira, tenemos datos que confirman que hay tantos bancos de alimentos en esta zona, y que de estos bancos hay tantos que estĆ”n saturados; y segĆŗn los datos, en esta otra zona no hay ningĆŗn recurso. Estos son los datos, haz lo que consideres oportuno”. Creo que aĆŗn hoy faltan datos fiables sobre los cuales tomar decisiones razonadas. Porque si no, es fĆ”cil caer en la protesta polĆtica abstracta, que he vivido como voluntaria y que fatiga mucho y no aporta mucho. Si logramos cambiar de prisma, podemos decir: “Muy bien, aquĆ hay un problema, y es objetivo. No lo decimos nosotros, sino los datos”. Y a partir de aquĆ podemos trabajar juntos para resolverlo. Y creo que ese es el rol que pueden tener los polĆticos del futuro: trabajar los problemas desde su raĆz, mĆ”s allĆ” de las ambiciones de cada una de las organizaciones. Identificar el problema y ver quĆ© se podrĆa hacer para resolverlo antes de que surja.