Josep Maria SolĆ©: “Para innovar, hay que atreverse, y el atrevimiento implica asumir el riesgo a equivocarse”
Josep Maria SolĆ©: “Para innovar, hay que atreverse, y el atrevimiento implica asumir el riesgo a equivocarse”
Josep Maria SolĆ© es abogado y director de la FundaciĆ³ Support-Girona, patrono y presidente del Consell Social de la FundaciĆ³ Institut Guttmann, vicepresidente de la FundaciĆ³ DRISSA y miembro de la junta directiva de la European Association of Service Providers for Persons with Disabilities (EASPD), entre otros cargos. Desde 2024, tambiĆ©n es presidente de la FundaciĆ³ iSocial, donde ha tomado el relevo de Montse Cervera. Hablamos con Ć©l para compartir su visiĆ³n sobre la fundaciĆ³n y sobre la necesidad de innovar en el sector social
ĀæQuĆ© significa para ti asumir la presidencia de una fundaciĆ³n que tiene por objetivo impulsar la innovaciĆ³n social?
Tal como la entiendo, la FundaciĆ³ iSocial ha sido desde el principio un proyecto cooperativo de las organizaciones que formamos parte de ella. Asumir la presidencia no es mĆ”s que cumplir un rol del que alguien se tiene que hacer cargo. Mi propĆ³sito como presidente es procurar que participe al mĆ”ximo el talento que hay en todas las entidades que forman parte del ecosistema de iSocial. Pero tambiĆ©n me gustarĆa intentar llegar a otras organizaciones, a una parte del Ć”mbito del sector social a la que todavĆa no hemos podido llegar. Solo las alianzas nos harĆ”n crecer. No basta con tener talento y grandes ideas, sino que son sobre todo las alianzas las que permitirĆ”n que las ideas tomen forma y puedan materializarse. En este sentido, una persona sola puede hacer poco, a no ser que pueda sumar muchas voluntades. Y esta es, pienso, la finalidad principal del rol que ahora me toca asumir.
ĀæPor quĆ© es importante innovar en el sector social?
Es importante sobre todo generar una actitud innovadora, y que la innovaciĆ³n llegue tanto a la intervenciĆ³n directa con las personas y colectivos que lo necesitan ādonde el sector social materializa su misiĆ³n y sus valoresā como a la manera de organizar los mecanismos que nos permiten esta intervenciĆ³n. Hay que repensar estos mecanismos para poder tener una incidencia mĆ”s significativa, mĆ”s transformadora en las vidas de las personas y en la sociedad en su conjunto.
ĀæA quĆ© te refieres cuando hablas de introducir la innovaciĆ³n en la organizaciĆ³n de los recursos?
Este es un punto en el que vamos un poco atrasados respecto a otros sectores, como por ejemplo el sanitario, donde se ha dado a la gestiĆ³n un valor intrĆnseco y nadie llega a cargos de gestiĆ³n solo a partir de la prĆ”ctica. El sector sanitario es muy consciente de que es un sector depositario de muchos esfuerzos sociales āen forma de presupuestos, recursos…ā y que, por tanto, debe gestionarse con criterios de management. En el mundo social, en cambio, aĆŗn pasa que muchas personas llegan a roles de direcciĆ³n o roles estratĆ©gicos sin haberlo previsto, y quizĆ”s sin haber recibido la formaciĆ³n adecuada para ejercer este rol.
Hace falta que la innovaciĆ³n pase a formar parte de la gestiĆ³n de las entidades, lo que no quiere decir, evidentemente, renunciar a aportar valor social. En otros sectores no cuesta tanto, y cuando se encuentra una soluciĆ³n que aporta valor, se explica, se presenta en congresos, etc. Nosotros tenemos poca tradiciĆ³n de esto, y a menudo muchas de las actividades que se generan alrededor del sector social son para darle vueltas a los mismos problemas. Falta un debate real sobre cĆ³mo avanzar y hacer las cosas mejor. Y esto no siempre significa disrupciĆ³n, aunque a veces sĆ.
Mirando atrĆ”s, ĀæcuĆ”les son los principales logros de la FundaciĆ³ iSocial en sus 6 aƱos de vida?
En primer lugar, haber consolidado su propia existencia y una estructura organizativa mĆnima que permite afrontar ya encargos con mĆ”s ambiciĆ³n. Al principio, todos los que estuvimos involucrados invertimos recursos e ideas, pero bĆ”sicamente contĆ”bamos con el recurso humano de uno de los fundadores, el actual director, Toni Codina. Hoy, Toni Codina estĆ” acompaƱado de otro talento que hace que podamos materializar mĆ”s cosas, y por tanto, aquellas ideas que llegan al ecosistema de iSocial tienen muchas mĆ”s posibilidades de ser implantadas, probadas, testeadasā¦ y acabar siendo una realidad escalable. Al principio todo esto parecĆa muy lejano.
ĀæQuĆ© papel juega la FundaciĆ³n iSocial dentro del ecosistema de innovaciĆ³n social en CataluƱa y en Europa?
Somos una pieza mĆ”s; no podemos pensar que hemos llegado y transformado la visiĆ³n del sector. Sin embargo, creo que somos una pieza bastante original. No hay tantas entidades en las que confluyan esta cantidad de organizaciones de intervenciĆ³n independientes, sin estar organizadas como sector o federaciĆ³n ni depender de una administraciĆ³n o gobierno. Las entidades que participan en iSocial lo hacen libremente, y esa libertad y autonomĆa, a la hora de plantearnos las lĆneas de acciĆ³n de la FundaciĆ³n, son muy valiosas. Ahora bien, como decĆa, existen otros agentes, y tal vez el siguiente paso sea trabajar con ellos e incorporarlos para crear un ecosistema que impregne al conjunto del sector y pueda mejorar la manera en que hacemos las cosas.
ĀæCĆ³mo valoras el estado actual del sector social?
Estamos en un momento complicado, porque Europa, y el mundo en general, estĆ”n tendiendo hacia una geopolĆtica muy compleja en la que algunos de los valores que han inspirado las polĆticas en el Ć”mbito social, sobre todo en Europa, estĆ”n en cuestiĆ³n. Y nadie lo dice explĆcitamente, pero algunas de las propuestas que se plantean a la poblaciĆ³n y que son votadas āa veces de manera mayoritariaā no cuentan con las ideas de solidaridad, de cohesiĆ³nā¦ que el sector social requiere para poder apoyar a las personas y colectivos que lo necesitan. Las ideas que hoy parecen ganar terreno no siempre estĆ”n alineadas con el ideal de una sociedad inclusiva donde todos puedan participar sin sentirse excluidos. Hay una tendencia individualista, fruto de un liberalismo mal entendido, que deshumaniza al dĆ©bil, a aquel que no tiene recursos para competir. Y yo creo que debemos ser capaces, desde el sector social, de ser un contrapeso para impedir que esta visiĆ³n termine dominando. Debemos poner lo colectivo, la sociedad en su conjunto y especialmente a los mĆ”s excluidos, como prioridad.
Y Europa deberĆa ser un bastiĆ³n, porque muchos otros paĆses no han tenido esta visiĆ³n del estado del bienestar, de una sociedad en la que se busca el reequilibrio a travĆ©s de la contribuciĆ³n de los que mĆ”s tienen para reducir las condiciones desfavorables de los que menos tienen. El sector social necesita innovar para demostrar que puede hacer las cosas bien, con una gestiĆ³n eficiente de los recursos, y al mismo tiempo transformando y aportando valor al conjunto. Y esto no es fĆ”cil, porque hay que darle un propĆ³sito a todo lo que se hace, y a menudo este propĆ³sito es demasiado tĆ”ctico y no tiene la mirada estratĆ©gica que ahora necesitamos.
ĀæQuĆ© otros retos tiene por delante el tercer sector social?
El sector social tendrĆ” que adaptarse a un cambio social inevitable: la progresiva ampliaciĆ³n del colectivo de personas mayores āalgunas de ellas con necesidades de apoyoā dentro del conjunto de la poblaciĆ³n. Este es un factor ineludible, y puede tener varias respuestas, algunas de las cuales, por supuesto, no interesan al sector social. Una de ellas es mercantilizar por completo el sector del apoyo y los cuidados, buscando Ćŗnicamente la rentabilidad y la mĆnima cobertura de necesidades. Desde el sector social, debemos defender valores de derechos humanos que impliquen que estos apoyos y cuidados sean inclusivos y cuenten con la participaciĆ³n de las personas, sin dejar a nadie atrĆ”s ni convertir a aquellos con menos recursos en ciudadanos de segunda. En este sentido, tenemos un reto, porque el sector mercantil tiende a abaratar precios y a industrializar los productos, diciendo: ānosotros lo haremos mĆ”s baratoā. Estoy a favor de industrializar todos aquellos procesos que no aportan valor aƱadido, como la burocracia, pero solo en la medida en que esto nos permita disponer de mĆ”s recursos para humanizar, para centrarnos mĆ”s en las relaciones humanas, que en Ćŗltima instancia es lo que mejora la vida de todos. Creo que este deberĆa ser el objetivo del sector social.
Muchos de los proyectos de la FundaciĆ³n iSocial se han impulsado mediante financiaciones coyunturales, como los fondos Next Generation, creados en respuesta a la crisis provocada por la pandemia de la COVID-19. MĆ”s allĆ” de este tipo de financiaciĆ³n, ĀæcuĆ”l es el desafĆo de la FundaciĆ³n a la hora de buscar recursos y sacar adelante nuevos proyectos?
El desafĆo es concienciar a la sociedad en general, pero especialmente al sector polĆtico y a los gobiernos, sobre la necesidad de replantear de raĆz el sector social, ya que actualmente no cumple con los estĆ”ndares de derechos humanos. Por ejemplo, buena parte del sector social ofrece apoyos basados en la idea de institucionalizaciĆ³n, es decir, en la provisiĆ³n de un mismo servicio para un colectivo de personas, sin considerar las necesidades especĆficas de cada individuo. Todo el gasto destinado al Ć”mbito residencial o a gran parte de la atenciĆ³n diurna para colectivos como las personas mayores o las personas con discapacidad sigue basado en esta lĆ³gica. Y no somos conscientes de que esto, desde una perspectiva estrictamente basada en los derechos humanos, estĆ” obsoleto. Hay que ofrecer a cada persona oportunidades para desarrollar su vida, vivirla de manera plena e independiente y, al mismo tiempo, ser incluida en la comunidad. Para lograrlo, es necesario proporcionar los apoyos que cada persona requiera como individuo, sin pensar Ćŗnicamente en tĆ©rminos colectivos. Esta transformaciĆ³n ni siquiera ha sido contemplada en el uso de fondos como los Next Generation, que a menudo han servido para reforzar el enfoque institucional.
ĀæEn quĆ© sentido?
En muchos casos, por ejemplo, se han destinado a la construcciĆ³n de espacios residenciales, que pueden ser una alternativa, pero que lamentablemente acaban convirtiĆ©ndose en la Ćŗnica opciĆ³n para muchas personas. Espero que el desarrollo de esta lĆnea de pensamiento sobre apoyos para una vida plena siga impulsando la innovaciĆ³n y que iSocial tenga un espacio para introducir nuevas ideas y proyectos. No puedo concebir que, aunque finalice el impulso de los fondos Next Generation o surjan polĆticas presupuestarias de contenciĆ³n fiscal, no se continĆŗe profundizando en la idea de la individualizaciĆ³n y personalizaciĆ³n de los apoyos y los cuidados, en el derecho a elegir cĆ³mo quieres vivir y, en caso de optar por permanecer en tu entorno habitual, en garantizar que lleguen los mecanismos de apoyo necesarios de manera suficiente y adecuada. AĆŗn estamos muy lejos de poder ofrecer todo esto, y la incorporaciĆ³n de nuevas tecnologĆas para hacer mĆ”s eficientes algunos de estos procesos sigue estando en sus inicios. TambiĆ©n es necesario replantear la organizaciĆ³n de los recursos. Cuando contamos con mĆ”s recursos, a menudo reproducimos los mismos modelos que ya tenĆamos, sin pensar que quizĆ” sea necesario reorganizarlo todo de manera diferente.
ĀæCuĆ”l deberĆa ser el papel de los organismos pĆŗblicos en relaciĆ³n con la innovaciĆ³n social?
En primer lugar, no deberĆan poner trabas, y en segundo lugar, deberĆan fomentarla. Es fundamental que busquen evidencias de quĆ© iniciativas funcionan y, para obtener esas evidencias, es necesario permitir que se prueben. Hoy en dĆa, existe un miedo exacerbado a probar cosas nuevas. Si no se prueban alternativas, no se pueden descartar aquellas que no son adecuadas. A menudo, continuamos con lo tradicional simplemente porque es lo conocido, sin atrevernos a explorar nuevas propuestas de intervenciĆ³n, organizaciĆ³n de recursos o movilizaciĆ³n de las energĆas de la comunidad. Estas opciones, al no haberse probado, no pueden ser evidenciadas y, por lo tanto, no reciben apoyo de recursos pĆŗblicos. Innovar requiere atreverse, y ese atrevimiento debe incluir la aceptaciĆ³n del riesgo de equivocarse.
La tendencia actual va en direcciĆ³n contraria. Con frecuencia se perpetĆŗan los errores de enfoques que en su momento funcionaron o parecieron funcionar, aunque no hayan sido revalidados de manera moderna y contrastada. Es posible que estos planteamientos ya no sean eficaces, y aun asĆ se siguen destinando recursos pĆŗblicos a ellos. Si no hay inquietud y valentĆa para asumir riesgos, continuaremos haciendo siempre lo mismo, y para seguir igual no es necesario innovar.
ĀæCĆ³mo podemos fomentar un diĆ”logo productivo entre los diferentes agentes implicados en la innovaciĆ³n social?
Estableciendo mĆŗltiples mecanismos de interacciĆ³n entre todos los actores del sistema. Es imprescindible facilitar que las personas puedan expresar, en su propia voz, quĆ© sienten al recibir intervenciones del Ć”mbito social: quĆ© encuentran a faltar, quĆ© les funciona y quĆ© no. Frecuentemente, estas personas no son tenidas en cuenta, especialmente si enfrentan dificultades para formular lo que desean o necesitan. Por ello, el apoyo en la toma de decisiones o en la comunicaciĆ³n de la propia voluntad son Ć”reas donde claramente debemos innovar. TambiĆ©n ocurre a menudo que las personas acompaƱadas no pueden aportar valor en forma de opiniĆ³n sobre posibles alternativas porque estas nunca les han sido ofrecidas y, por ende, las desconocen.
Por otro lado, es esencial involucrar a todos los agentes, incluyendo la inmensa fuerza laboral que se incorpora al sector social, a menudo en condiciones muy precarias. Asimismo, se debe ampliar la perspectiva para incluir todo tipo de organizaciones de manera transversal, sin prejuicios, salvo uno fundamental: el respeto a los derechos humanos. Si alguien defiende posiciones que no estĆ©n alineadas con una perspectiva de derechos humanos, deberĆamos ser capaces de apartarlo del sistema.
ĀæCuĆ”l crees que es el principal obstĆ”culo para la innovaciĆ³n social en el tercer sector, y cĆ³mo podrĆamos superarlo?
El obstĆ”culo principal es el miedo, y la soluciĆ³n radica en el atrevimiento: el atrevimiento a hacer cosas distintas y desde perspectivas diversas. Este atrevimiento puede significar brindar un verdadero apoyo a la autonomĆa de las personas, dejando de ser los grandes vigilantes de la prevenciĆ³n del riesgo. Es crucial permitir que las personas tomen sus propias decisiones y acompaƱarlas en este proceso, sin prejuzgar ni intentar impedir que lleven a cabo sus elecciones, incluso si estas no nos agradan.
Actualmente, los mecanismos que empleamos tienden a evitar que las decisiones que no aprobamos se realicen. Esto ocurre en casos que van desde las personas mayores hasta las personas con discapacidad o con problemas de salud mental. La aversiĆ³n al riesgo estĆ” profundamente arraigada, tanto en las intervenciones como en el ensayo de polĆticas innovadoras. Para verificar si estas polĆticas funcionan, necesitamos un punto de valentĆa, y esto, al final, es una cuestiĆ³n de actitud.
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