Plataformas de trabajo comunitario y activación de la cooperación vecinal
HOPLR (Bélgica) y A-Porta (Cataluña).
Realizado el Martes 29 de noviembre de 2022, de 9h00 a 10h30.
Se ofreció traducción simultánea del inglés al catalán y castellano.
El creciente individualismo y fragmentación de las relaciones sociales, así como la rapidez de la vida diaria, provocan un desconocimiento del propio entorno y de las personas que viven en él. El aislamiento social propio de las sociedades avanzadas del siglo XXI agravia las situaciones de exclusión, de soledad y de malestar, y supone un reto social de primera magnitud para los servicios sociales.
El trabajo comunitario de los servicios sociales, el apoyo mutuo y la participación social permiten poner en común recursos, herramientas y necesidades, mejorando la calidad de vida de los barrios y de las personas que viven en ellos.
Existen plataformas y programas innovadores que están demostrando una gran capacidad de activar las relaciones sociales de cooperación entre los miembros de la comunidad, con el objetivo de mejorar el bienestar cotidiano, generar empoderamiento vecinal y fomentar la inclusión social.
En este Innobreak os presentamos 2 experiencias innovadoras que destacan en este ámbito, de Bélgica y de Cataluña:
HOPLR, es una red social enfocada en la interacción social entre vecinos y vecinas de una misma zona. La plataforma digital trabaja de forma que las personas que utilizan la aplicación pongan en común sus necesidades o puedan llevar a cabo tareas pedidas por otros vecinos. Se trata de una herramienta gratuita, basada en la dirección de cada persona, que promueve los cuidados, la participación y la comunicación directa vecinal, gracias a la cual se pueden crear actividades o acontecimientos colectivos. Se encuentra en funcionamiento desde 2014, funciona además de 100 ciudades, y más de medio millón de personas interactúan con su entorno gracias a la aplicación.
A-PORTA, es un programa de empoderamiento vecinal de la CONFAVC basado en el que vecinos y vecinas denominados “Pica-Puertas” realizan visitas a otras personas de los barrios para apoyar, ofrecer acompañamiento y recursos según las necesidades. Los Pica-Puertas son formados en temas como el acceso a derechos sociales, busca de trabajo, vulnerabilidad energética o acompañamiento a personas grandes para poder dar respuesta a estas necesidades gracias al tejido comunitario y vecinal. El proyecto se ha implementado en varios barrios desfavorecidos de ciudades de Barcelona y de Tarragona, y funciona gracias al conocimiento personalizado de las necesidades del vecindario y la proximidad con la ciudadanía.
El Barcelona Aging coLLaboratory (BALL) tiene como objetivo crear soluciones innovadoras, con la participación de los usuarios finales, para mejorar la calidad de vida, y la atención sanitaria y social de las personas mayores. El primer proyecto BALL, presentado hoy en el Parc Sanitari Pere Virgili, es un robot humanizado que ayudará a los pacientes que no pueden alimentarse por sí mismos, ofreciéndoles una solución adaptada a sus necesidades.
Barcelona, 26 de octubre de 2022.- Envejecer disponiendo de la máxima calidad de vida y la mejor atención sanitaria y social. Éste es el principal objetivo del Barcelona Aging coLLaboratory (BALL), el primer Living Lab centrado en aportar soluciones innovadoras a las personas mayores que se pone en marcha en Cataluña y que ha sido impulsado por una amplia representación de estamentos de la sociedad civil.
Hoy ha tenido lugar la presentación a los medios de comunicación, en el Parc Sanitari Pere Virgili, de la sede física del BALL y de su primer proyecto: un robot humanizado que ayudará a aquellas personas que no pueden alimentarse por sí mismas. Este robot se está cocreando con los usuarios finales, que son decisivos para conocer qué es lo que necesitan y, así, poder ofrecerles una solución que se adapte a sus demandas.
Además de dotar a los pacientes de una herramienta personalizada y de una mayor autonomía, el robot permitirá automatizar una de les tareas más complejas de la logística asistencial de los hospitales y centros residenciales, y reducir, así, la sobrecarga del personal sanitario, optimizando el tiempo y la calidad del servicio.
El BALL, una plataforma de innovación alrededor del envejecimiento
El envejecimiento de la población catalana sigue creciendo a un ritmo acelerado y se calcula que en 2050 una de cada tres personas tendrá más de 65 años. Asimismo, según datos del Instituto de Estadística de Cataluña, si el actual modelo de atención no cambia, el índice de dependencia de las personas mayores también aumentará, del 28,9 %, en 2021, hasta el 44,3%, en 2040.
Ante la necesidad de desarrollar soluciones innovadoras que avancen hacia un envejecimiento activo y saludable, y que consideren la edad avanzada una oportunidad para conseguir una sociedad más inclusiva y, al mismo tiempo, potenciar la economía, nace el Barcelona Aging coLLaboratory (BALL).
El Living Lab ha sido impulsado por diez entidades de renombre que representan los principales ámbitos de la sociedad catalana: salud (Parc Sanitari Pere Virgili y Vall d’Hebron Instituto de Investigación), robótica (Institut de Robòtica i Informàtica Industrial, CSIC-UPC), universidad (Universidad Ramon Llull, con la Facultad de Ciencias de la Salud Blanquerna y el Institut Borja de Bioètica, y Universitat Oberta de Catalunya), social (Fundación iSocial), empresa privada (Grupo Efebé, Qida y UniversalDoctor) y asociaciones de gente mayor (Fatec – Federación de Asociaciones de Personas Mayores de Cataluña).
Este proyecto opera bajo el modelo de innovación que se conoce como cuádruple hélice, donde diferentes entidades y miembros de una comunidad (ciudadanía, empresa, centros de conocimiento y Administración) se unen para construir juntos soluciones que sean capaces de promover el crecimiento socioeconómico del territorio.
“El BALL es un espacio o metodología de cocreación que involucra a las personas mayores desde un principio, en el diseño, desarrollo, implementación y evaluación de productos y servicios destinados a potenciar su autonomía, integrándolos en la comunidad y reducir dependencias y cronicidades”, explica el doctor Marco Inzitari, director de Atención Integrada e Investigación del Parc Sanitari Pere Virgili, responsable del grupo de investigación en Envejecimiento, Fragilidad y Transiciones en Barcelona del Vall d’Hebron Instituto de Investigación (VHIR) y profesor de la UOC.
El Dr. Inzitari, que es uno de los ideólogos y promotores del proyecto, asegura que “en un momento en el que cada vez aumenta más la esperanza de vida, pero no la calidad, el objetivo final del Living Lab es poner a las personas en el centro y que tomen el control de su salud y de su vida”.
Un robot que mejore la autonomía relacional de las personas mayores durante las comidas
El primer prototipo de robot que se ha presentado hoy se ha adaptado a nivel de software y hardware para poder asistir a personas con dificultades para alimentarse por sí mismas. Diseñado por investigadores del Institut de Robòtica i Informàtica Industrial -en el marco del Laboratorio Abierto de Robótica Asistencial (LabORA)- y profesionales del Parc Sanitari Pere i Virgili, ha contado, en su creación, con la implicación de todas las instituciones que forman parte del Living Lab. Asimismo, durante el mes de febrero se realizaron sesiones participativas con profesionales y personas mayores atendidas en el Parc Sanitari Pere Virgili donde expusieron las necesidades a las que creían que debía dar respuesta el robot para hacerlo más humano. Sus aportaciones sirvieron para confeccionar este prototipo.
Próximamente, pacientes del Parc Sanitari con diferentes dificultades que les impiden comer de manera autónoma participarán en la primera prueba piloto de este prototipo de robot humanizado que se realiza en un entorno real, el hospitalario, que es donde se aplicará inicialmente el robot.
En esta fase de test, un grupo de profesionales realizará entrevistas a las personas mayores atendidas para comprobar su grado de satisfacción, además de observar de cerca las reacciones no verbales durante la prueba. Sus respuestas se tendrán en cuenta de cara al desarrollo final del proyecto. A día de hoy, el robot es muy sencillo pero, en un futuro, entre otras funciones, podrá reconocer los gestos faciales de la persona mayor e interactuar verbalmente con ella.
Según sus creadores, el robot debe contribuir a mejorar la autonomía relacional de los pacientes durante las comidas, proporcionando una mayor posibilidad de elección (en el ritmo, tipo y cantidad de comida), una mejor imagen de uno mismo (incrementando la autoconfianza durante la hora de comer) y un mayor margen en la esfera dialógica (favoreciendo formas de negociación sobre cómo y qué se come). Otra ventaja que tendrá el uso del robot es que los profesionales asistenciales podrán obtener muchos más datos relativos al estado nutricional actual de la persona mayor, lo que permitirá personalizar más la atención sanitaria y social, adaptándola a las necesidades y características de cada persona.
También debe tenerse en cuenta que la administración de las comidas genera un entorno de alta presión por la carga de dependencia de las personas mayores, y más aún en un momento tan delicado como consecuencia del incremento del número de personas hospitalizadas con mayor grado de dependencia y por la escasez de profesionales en los centros. “Nuestro objetivo con el robot es poder dispensar un trato más cuidadoso y personalizado a los pacientes, y reducir el estrés del personal sanitario”, afirma el director de Atención Integrada e Investigación del Parc Sanitari Pere Virgili. Además, hay que tener en cuenta que el objetivo del proyecto es que el robot sea un soporte y no un sustituto del personal asistencial, por lo que nunca se dejará el robot solo con la persona mayor.
Josep Carné, presidente de la Federación de Asociaciones de Personas Mayores de Cataluña, entidad sin ánimo de lucro, formada por voluntarios y que agrupa a las asociaciones de personas mayores de nuestro país, explica que “aunque la idea de un robot que dé de comer a personas mayores nos echó atrás inicialmente, no podemos dar la espalda a los avances tecnológicos y más si tienen la finalidad de ser una ayuda”. Asimismo, Carné considera que el hecho de que las personas usuarias desempeñen un papel clave en la definición de las características que debe tener el robot es muy positivo.
La sede física del BALL: la Casa de pensar
La sede física del Living Lab se encuentra ubicada en el mismo recinto del Parc Sanitari Pere Virgili y es donde se llevarán a cabo diferentes dinámicas participativas. Así, a partir de reuniones de brainstorming con todos los actores relacionados con el envejecimiento (pacientes, profesionales, instituciones de investigación, administración pública, empresas privadas, etc.) se detectarán retos relacionados con este ámbito. También se realizarán sesiones con el fin de encontrar soluciones innovadoras a estos retos y dinámicas participativas para desarrollarlas con el usuario final.
Los impulsores del primer Living Lab centrado en envejecimiento, que se inaugurará oficialmente el 17 de noviembre, lo ponen a disposición de las administraciones públicas, de las entidades y el tejido asociativo, de las empresas y de los ciudadanos para recoger sugerencias y propuestas de colaboración estimulantes y rompedoras en el ámbito del envejecimiento.
iSocial y los otros 14 socios del proyecto han presentado las nuevas herramientas desarrolladas para la acogida e integración de migrantes y refugiados.
La nueva oficina está en la calle Sancho de Ávila 105, en el epicentro de innovación de la ciudad, a pocos metros de la Torre Glòries y del Edificio MediaTIC.
Acto de presentación en Barcelona del Informe “Innovación tecnológica y servicios sociales”
Con motivo de la presentación del 1.º Informe de la Fundación y Social sobre tendencias de innovación en servicios sociales, elaborado por la Fundación iSocial, el 22 de Noviembre del 2022 se realizó un acto público en el cual, además de presentar el Informe, contamos con intervenciones de reconocidas personas expertas, la visión de empresas que destacan por su capacidad innovadora y la presencia del Sr. Lluís Torrens, Secretario d’Asuntos Sociales y Familias del Departamento de Derechos Sociales de la Generalitat de Cataluña.
La semana del 4 al 8 de octubre, profesionales de 5 entidades miembros de iSocial participaron en una reunión en Dublín, Irlanda, con otras entidades europeas especializadas en la atención a la salud mental juvenil, dentro del marco del proyecto StepForME, un proyecto Erasmus+ que empezó hace diez meses y que está liderado por la Fundación iSocial.
El proyecto StepForME tiene por objetivo el intercambio de buenas prácticas en el uso de nuevas tecnologías dentro del campo de la salud mental de los jóvenes. Pretende conocer formas de conseguir un acercamiento más comunitario en la atención a los jóvenes con problemas de salud mental y emocional, averiguar el papel que pueden jugar las nuevas tecnologías, y proporcionar herramientas formativas y metodológicas a los profesionales que los atienen.
Durante 5 días los participantes de Fundación Joia, Grupo Atra, Support Girona, Fundación Maresme y Fundación Ampans pudieron compartir buenas prácticas y conocimientos con otros profesionales de ChanceB (Austria), Tenenet (Eslovaquia) y Aunua (Irlanda). Además de conocer algunas otras entidades irlandesas que trabajan en el campo de la salud mental de los jóvenes. A la reunión también asistió un investigador del CERSIN- Center for Studies and Research for an inclusive society de la UAB, que forma parte también del consorcio del proyecto apoyando en la creación de contenidos formativos y en la gestión de la investigación del proyecto.
Más allá de los momentos de reunión formales, los profesionales participantes pudieron disfrutar de actividades relacionadas con el mundo de la salud mental y la discapacidad en Irlanda, como la asistencia a la obra de teatro “No Magic Pill”, un alegato a favor del derecho en la vida independiente protagonizado por actores y actrices con discapacidad física; o la presentación de la organización Jigsaw, pionera en salud mental en Irlanda; así como actividades y visitas culturales.
iSocial y los otros 14 socios del proyecto han presentado las nuevas herramientas desarrolladas para la acogida e integración de migrantes y refugiados.
La nueva oficina está en la calle Sancho de Ávila 105, en el epicentro de innovación de la ciudad, a pocos metros de la Torre Glòries y del Edificio MediaTIC.
“Cuando empezó el WhatsApp, empezamos a utilizarlo para hacer terapia y acompañamiento, o por Skype antes de que hubiera Zoom. Cuando ha venido la pandemia, nosotras estábamos completamente preparadas con nuestra red online de apoyo y nuestras tácticas.”
Cuando decidiste crear una fundación para ayudar a mujeres en situación de maltrato, ¿cuáles fueron los primeros pasos?
El que era mi marido decía que me pegaba porque me quería. Durante 11 años me maltrató y nadie me ayudó. Nadie se dio cuenta de lo que estaba haciendo, ni siquiera yo misma. Recuerdo que veía programas en la tele de mujeres asesinadas y me preguntaba por qué esa mujer no se había ido de casa antes de que la maten, sin darme cuenta de que yo era una de ellas. Que tú dices, bueno, el maltrato psicológico es más sutil, es más difícil darte cuenta, pero ¿maltrato físico y no te reconoces como una víctima de violencia de género? Sé que parece surrealista, pero es lo que me ha pasado a mí.
Cuando salí de la casa de acogida, decidí hacer algo, yo no podía dormir pensando en tantas mujeres que estarían viviendo ese terror silencioso e invisible que yo viví durante 11 años sin darme cuenta. Soy una mujer inteligente, sacaba las mejores notas en mis estudios, tenía un negocio en Puerto Banús con gente trabajando para mí… Y yo no me reconocí como una víctima de violencia de género.
Como los programas de la tele o los posters de mujeres con el ojo morado no lograron que yo me identificara con ellas, decidí salir a cara descubierta y sonriendo, dando otro mensaje en positivo. Diciéndole a las mujeres que hay otra alternativa a ser asesinada, como sale en las noticias, que es la de ser feliz. En mi primer programa en Canal Sur me llamaron más de 1.000 mujeres, estuve un año entero para devolver todas las llamadas.
La primera mujer que ayudé se quedó en mi casa, luego ella desde su casa ayudó a otra, y esta a otra… Y ya en el año 2006 creé la fundación Ana Bella, porque yo quería hacer una entidad que me superara en el tiempo y que, con más o menos recursos, fuéramos las propias supervivientes las que fuéramos capaces de transformar ese sufrimiento que vivimos, y que nos estigmatizaba como víctimas, en experiencia y empatía para ayudar a otras. Nosotras no somos el problema, sino parte de la solución.
La creé con un préstamo personal y ahora tenemos una red en 82 países con 27.000 mujeres actuando como agentes de cambio. En España hemos ayudado a 42.000 mujeres para que rompan el silencio, se empoderen con un trabajo digno y recuperen sus vidas, no como víctimas dependientes de un subsidio sino como mujeres empoderadas, felices y capaces de conquistar sus sueños y ayudar a otras. Estuve 10 años compaginando mi trabajo con el de la Fundación.
¿Cómo pueden usarse las redes sociales para ayudar a las mujeres?
Nosotras hemos descubierto que a través de las redes sociales hay mucho control por parte de los maltratadores. Esa es la peor parte: ejercen un control sobre ti, mirándote las contraseñas, siguiéndote, sabiendo dónde estás, todo.
Pero a través de las redes sociales también podemos canalizar el amor, la empatía y la experiencia de las supervivientes ayudando a otras. Gracias a las redes se puede ayudar a las mujeres.
Las redes sociales han dejado de ser un espacio “exclusivamente” dedicado al entretenimiento. A través de tu red de apoyo, ¿qué herramientas te fueron más útiles para conectar y dinamizar una comunidad que no paraba de crecer? ¿Qué medios tenías a tu disposición y cómo dinamizaste la comunidad?
Casi ni hace falta dinamizar nuestras redes ya que tenemos miles de interacciones al día, muchísimas. Las mujeres necesitamos compartir nuestra experiencia de superación para completar nuestro camino de sanación y hemos creado un espacio seguro y de confianza para hacerlo dentro de la Red, ya que a veces la gente de nuestro alrededor no comprende que hayamos permanecido en una relación de abuso tanto tiempo, o se cansan de escucharnos. Aunque contamos con dos personas contratadas que gestionan las redes, las voluntarias ejercen diferentes roles dentro de la Red, van detectando a las mujeres que necesitan ayuda más allá del apoyo mutuo de la Red y las ponen en contacto con nuestra Fundación Ana Bella, moderadoras de los debates que se originan, coordinadoras, amigas en red, etc. La inmediatez y la sororidad de nuestra Red Ana Bella de Mujeres Supervivientes permite que, cuando una mujer pide ayuda, haya 100, 200 o 300 que le contestan, cada una con su experiencia. Es maravilloso.
La dinamización de foros en línea es una tarea complicada: ya sea a través de Facebook Groups, o de chats privados y/o en abierto. ¿Cómo dirigisteis el equipo profesional para ayudar y que las supervivientes se empoderen para dar testimonio y tirar adelante? ¿Fue tal y como previsteis al principio?
Todo empezó con mi vídeo testimonio “Lo nuestro es Amor o Muerte”, que tuvo 92 millones de views en dos semanas. Otras mujeres supervivientes se sintieron reflejadas en mi historia y se empoderaron para contar ellas sus experiencias de superación del maltrato. Al principio hicimos un grupo de Facebook privado, es decir, que para entrar tenemos que validar cada perfil, pero dentro de ese grupo creamos un grupo secreto para las mujeres que vivan una situación de violencia y necesiten ayuda. El grupo grande sería para el empoderamiento de la mujer y para hablar de nuestras cosas, y el secreto para víctimas de violencia de género.
Nuestra sorpresa fue que a la mayoría no le importaba hablar de su experiencia de maltrato en el grupo principal al ser un grupo seguro y de confianza, donde todas habíamos pasado por lo mismo.
Facebook es la principal red social que has usado en tu emprendimiento. Actualmente, las personas más jóvenes prefieren otras plataformas. ¿Has tenido dificultades para llegar a mujeres adolescentes y/o jóvenes?
Es verdad que las jóvenes no usan Facebook, usan más Instagram. A través de nuestra cuenta @fundacionanabella, recibimos muchas peticiones de ayuda, gracias nuestro proyecto #ElAbusoNoEsAmor con el que mostramos las señales de alarma frente a relaciones abusivas. El 66% de las jóvenes menores de 24 años que son maltratadas por su pareja no se dan cuenta de ello, frente a un 40% de las adultas.
Nosotras hemos formado a supervivientes de violencia de género jóvenes para que realicen talleres en centros educativos (universidades, colegios, institutos…), centros deportivos y de ocio para dar a conocer esas señales de alarma que les pueden dar de pauta de que su relación es abusiva y que están muchas veces camufladas por los mitos del amor romántico. También enseñamos cómo tener relaciones sanas y cómo saber si tu amiga está siendo maltratada y cómo ayudarla a romper el silencio.
Tenemos un teléfono específico para jóvenes, 665541133. Si algún centro educativo quiere que vayamos a visitarlos, nos pueden buscar en la web e iremos encantadas. Este proyecto lo empezamos con la marca Yves Saint Laurent, que nos apoya para poder realizar estas formaciones de forma sistémica.
Recibiste varios premios en innovación social por tu proyecto de inserción laboral. ¿Puedes hablarnos de este proyecto y los obstáculos que encontrasteis para tirarlo adelante?
Todo empieza desde nuestra experiencia. Yo estaba en una casa de acogida y me mandaron a un programa para formar a mujeres maltratadas (nosotras ya hemos conseguido que digan supervivientes). Cuando necesitas un certificado de víctima para cualquier ayuda es como una doble victimización.
Cuál fue mi sorpresa cuando, al llegar a este programa, era una formación para ser limpiadora. Ojo, que es un trabajo digno, pero yo les dije: “Mira, he empezado un negocio desde cero, sé hablar inglés, ¿no puedo estudiar secretaria de dirección bilingüe u otra cosa?”. Pues parece que, si tú has sido maltratada, tu canal de inserción laboral en aquella época (2002) era pasar por trabajos invisibles, poco remunerados y sin prestigio social que te están llevando a la exclusión.
Cuando pudimos, en la Fundación Ana Bella quisimos darle la vuelta a esto y ofrecer trabajos cara al público, trabajos que te empoderen, que se vea que somos un valor para la sociedad y que tenemos mucho que aportar. Que todas esas cualidades o recursos personales que hemos utilizado para resistir y superar un maltrato, las podemos enfocar en nuestra inserción laboral y en el trabajo que hacemos, que es muy eficaz y contribuye al desarrollo económico y social de las empresas. Que no somos víctimas para siempre.
La primera empresa que creyó en este poder de las mujeres supervivientes fue Danone con Momentum Task Force. Empezamos un proyecto piloto de embajadoras de marca en los supermercados. Les dimos un trabajo de imagen de la propia marca frente a los clientes y las clientas. Estos eran trabajos trampolines, temporales, que ayudaban a las mujeres a empoderarse y a ganar confianza. El resultado social fue genial, nos han dado muchos premios, porque demostramos que, aparte de un cambio de paradigma social, también estábamos dando un rendimiento económico.
Estamos demostrando que nosotras no somos víctimas que necesitemos una discriminación positiva para empezar a trabajar, sino que somos supervivientes que con todas esas herramientas podemos aportar un valor y compromiso a la empresa. Por este programa han pasado ya más de 8.000 mujeres, nosotras las formamos en un itinerario personalizado de empoderamiento donde descubren qué vocación tienen y las vamos apoyando en todo el camino hasta que consiguen sus metas personales y profesionales. Además somos parte de Incorpora de la Caixa.
Gracias a que colaboramos con más de 120 empresas, logramos que las mujeres accedan, no a cualquier trabajo sino a uno acorde con sus aspiraciones personales. Así, salen de la violencia, no como víctimas dependientes de un subsidio, sino como mujeres empoderadas con un trabajo acorde con sus expectativas personales y profesionales, capaces de conquistar sus sueños y felices, que es lo más importante.
¿Qué opinas sobre las líneas de apoyo y denuncia públicas? ¿Si pudieras cambiar el procedimiento, qué harías? ¿Por dónde empezarías?
Cuando empecé a trabajar con mujeres en el año 2002, no existía el 016, ni siquiera estaba la ley, que fue en el 2004. Nosotras ya sabíamos que es muy difícil que una mujer venga a ti. Tenemos que ir nosotras a donde están las mujeres y tenemos que usar los métodos a nuestra disposición para llegar a cuantas más mujeres mejor.
Por eso vamos a centros educativos y a empresas para formar a las plantillas y que sepan actuar como agentes de cambio detectando y ayudando a las víctimas invisibles. Cuando empezó el WhatsApp, ya lo utilizábamos para hacer terapia y acompañamiento, o por Skype antes de que hubiera Zoom. Cuando ha venido la pandemia, nosotras estábamos completamente preparadas con nuestra red online de apoyo y nuestras tácticas.
En España tenemos las mejores leyes del mundo, tenemos más de 200 medidas: ¿qué es lo que está fallando? Falla la gente de alrededor, que tiene que actuar, porque todo se lo pedimos a la víctima. Solo el 1% de las denuncias son interpuestas por la gente de alrededor.
¿Qué se puede cambiar? Se puede cambiar que, cuando un familiar, una amiga, una compañera de trabajo denuncia que su vecina, hermana o amiga está siendo maltratada, esa denuncia siga adelante a pesar de que la víctima no declare. Que se haga una investigación, que se pongan unas medidas, porque el 90% de las mujeres asesinadas en España no habían denunciado. Muchas mujeres que necesitarían una orden de alejamiento no van a denunciar. Pues que denuncie la policía, servicios sociales o la gente de alrededor que lo sabemos y que eso sirva para salvar a más mujeres.
También que sea más fácil, que haya una ventanilla única, porque, aunque hay tantos anuncios y todo, las mujeres nos siguen llamando a la Fundación Ana Bella porque no saben dónde ir. Que los procedimientos fueran mucho más ágiles y que la gente que intervenga esté muy formada. Las leyes están perfectas y las medidas también, pero hay que hacer que se apliquen bien.
¿Qué le dirías a una mujer que se encuentra en una relación de maltrato, pero no está preparada para reconocer esta situación?
Le diría que se merece ser feliz. Que si no está feliz con su pareja, esa es la señal más grande para dejarle. Que si tiene miedo a simplemente plantearle dejar la relación, es otra señal de alarma de que esa relación puede ser abusiva. Y que toda la fuerza, todo el miedo, todo el valor, toda la paciencia que utiliza cada día para resistir ese maltrato, esa relación tóxica y de abuso, es lo que va a necesitar para pedir ayuda y empezar una vida nueva. Que no está sola y que se merece ser feliz.
Si conoces a una amiga que pudiera estar siendo maltratada, puedes llamar a la Fundación Ana Bella al 667233133 porque esta mujer se merece ser feliz. Si quieres ayudar, puedes hacerte socia de la Fundación: cada 500 euros recaudados es una mujer más que podemos ayudar. www.fundacionanabella.org
Un total de 25 profesionales de Servicios Sociales de la Vegueria de Girona están siguiendo desde el 23 de septiembre una nueva edición del curso de formación “De la Atención Centrada en la Persona al Self-directed Support” de la Fundación iSocial. Se trata de trabajadoras sociales y educadoras sociales de los equipos profesionales de los Consejos Comarcales del Alt Empordà, la Garrotxa, el Gironès y el Baix Empordà.
El curso consta de 8 talleres que se imparten de manera virtual, y forma parte del catálogo de formación de la Asociación Catalana de Municipios (ACM). Durante este año 2022 ya lo han realizado 212 profesionales de 27 Áreas Básicas de las veguerias de Cataluña Central, Tierras del Ebro, Alto Pirineo-Aran, Poniente y Penedès.
Además, este septiembre también han realizado el curso 27 profesionales del Grupo Àuria, un importante conjunto de entidades de economía social de Igualada que apoyan a las personas con discapacidad intelectual, dificultades especiales, riesgo de exclusión o vulnerabilidad. Diseñan programas de formación especializada, itinerarios para la incorporación al mercado de trabajo, servicios de atención diurna, ocupación terapéutica, acogida residencial, servicios de asistencia domiciliaria, servicios de ocio y voluntariado.
El curso “De la Atención Centrada en la Persona al Self-directed Support” pretende dar a conocer el modelo europeo del Apoyo Auto-dirigido (Self-directed Support en inglés), que busca garantizar y preservar un enfoque de apoyar y acompañar en la toma de decisiones a las personas que se dirigen a los Servicios Sociales básicos, a fin de que tengan en todo momento la posibilidad de hacer efectivos la elección y el control sobre cómo se organiza la acción o plan de apoyo para lograr los resultados acordados con los/las profesionales, a partir de sus voluntades y sus derechos.
Los últimos años en Servicios Sociales se ha consolidado el enfoque de intervenciones profesionales centradas en la persona, la conocida ACP. Pero hoy sabemos que no se trata tanto de poner la persona en el centro y que los profesionales tomen decisiones teniendo presentes sus intereses y voluntades, sino de ofrecerle los apoyos que necesita para poder tomar sus propias decisiones. Y esto es el que busca garantizar el modelo europeo del Self-directed Support.
iSocial y los otros 14 socios del proyecto han presentado las nuevas herramientas desarrolladas para la acogida e integración de migrantes y refugiados.
La nueva oficina está en la calle Sancho de Ávila 105, en el epicentro de innovación de la ciudad, a pocos metros de la Torre Glòries y del Edificio MediaTIC.
El Grupo Alba ha aprobado este mes de septiembre su adhesión a la Fundación iSocial como entidad socia-colaboradora. Con esta nueva incorporación, ya son catorce las entidades del tercer sector miembros de iSocial, y supone la primera vinculación de una entidad social de las comarcas de Lleida.
El Grupo Alba está conformado actualmente por seis entidades: la Asociación Alba, la Cooperativa Ocio Qualia, la Cooperativa Alba Jussà, la Fundación Alba Futur, Club deportivo Alba y la empresa Alba Inserció. Sus orígenes se remontan en el año 1975 en la ciudad de Tàrrega, donde hoy sigue teniendo su sede principal. Los servicios sociales del conjunto del grupo benefician actualmente a 3.891 personas, principalmente en las comarcas del Urgell, La Segarra y el Pallars Jussà. Cuenta con 585 profesionales, de los cuales 79 son personas con discapacidad, 495 persones socias y 341 personas voluntarias. Los servicios del grupo están muy diversificados, con programas y actividades en las áreas de la educación, la atención diurna, la salud mental, la ocupación, la formación, la orientación, el ocio educativo o la vivienda.
iSocial y los otros 14 socios del proyecto han presentado las nuevas herramientas desarrolladas para la acogida e integración de migrantes y refugiados.
La nueva oficina está en la calle Sancho de Ávila 105, en el epicentro de innovación de la ciudad, a pocos metros de la Torre Glòries y del Edificio MediaTIC.
Los teléfonos inteligentes pueden ser herramientas de gran utilidad durante las intervenciones, tanto para trabajadores sociales como para las personas que reciben ayuda, con las aplicaciones y medidas de seguridad adecuadas.
No hay ninguna duda de que casi todo el mundo utiliza un smartphone o teléfono inteligente en su día a día. La evolución del panorama digital ha conducido a un uso cada vez más extenso de estos dispositivos para diversas funciones, tanto de la vida profesional como personal, siendo natural que el campo del trabajo social se haya sumado a esta tendencia. La adopción de tecnologías móviles en el trabajo social tiene una doble vertiente: por un lado, adaptarse a las necesidades y preferencias de las personas que necesitan asistencia, que cada vez demandan más servicios online, y, por otra parte, aprovechar los beneficios que aporta la innovación tecnológica en situaciones de vulnerabilidad.
Teléfonos móviles en las intervenciones
Muchas personas consideran que la comunicación a través de teléfonos móviles tiene limitaciones; una de las más relevantes es la falta de contacto y mirada directa con el interlocutor, que puede hacer que se pierdan matices importantes.
Sin embargo, es innegable que el uso de tecnologías móviles también presenta una serie de ventajas, posibilitando la comunicación en casos en los que antes no hubiera sido posible: por ejemplo, a la hora de establecer contacto con personas que viven en áreas rurales o remotas o con personas con problemas de movilidad o sin medios de desplazamiento, o para atender situaciones de emergencia con mayor rapidez.
La agilidad, la comodidad y la inmediatez, en muchos casos, compensan las desventajas, pudiendo resultar muy útiles en algunas situaciones, aunque no puedan sustituir completamente la comunicación cara a cara.
Apps móviles para trabajadores sociales
Algunas aplicaciones, como chats que garanticen la seguridad y confidencialidad de todas las partes, son imprescindibles a la hora de incorporar teléfonos móviles a las intervenciones. Además, existen una serie de apps con funciones específicas que pueden ser herramientas de gran utilidad para los trabajadores y trabajadoras de los servicios sociales. Algunos ejemplos [1]:
Savvy Social Worker: esta aplicación reúne los avances en las prácticas del trabajo social y las últimas investigaciones en formato e-reader. La persona usuaria puede seleccionar los canales en los que está interesada, y éstos se actualizan automáticamente con la última información.
iGrade: aplicación que permite guardar en el móvil todos los documentos relacionados con sesiones y personas atendidas, que se pueden imprimir o compartir con otros profesionales o con los propios usuarios por correo electrónico.
Reconnect Pro: aplicación de trabajo para profesionales sociales, que les ofrece toda la información que necesitan para apoyar a las personas usuarias: consultar su historial, actualizar su situación, grabar informes de reuniones, programar recordatorios para próximos eventos, encontrar documentos y contactos útiles, etc. También permite comunicar a los miembros de un equipo la evolución de la situación de una persona atendida.
Suicide Safety: aplicación que permite localizar a personas con alto riesgo de suicidio, iniciar conversaciones e identificar las opciones de tratamiento e intervención más viables.
KnowBullying: esta app está pensada para facilitar la comunicación con niños y niñas que sufren bullying, a fin de establecer confianza con ellos y ayudarles a prevenir y afrontar las situaciones de abuso escolar. La aplicación ofrece formas de iniciar una conversación, estrategias de prevención, señales de alarma y una sección para educadores.
Apps móviles para personas en situaciones de vulnerabilidad
Existe también una diversidad de aplicaciones disponibles para personas en diferentes situaciones de riesgo que los trabajadores sociales pueden recomendar:
Refugee Aid, FIN(DA)WAY y MigApp: apps que ofrecen información clave para que las personas migrantes y refugiadas que llegan a Europa puedan identificar los servicios y su localización, facilitando su proceso, entre otras funciones.
NIDUS: paquete de herramientas digitales, accesibles desde móviles y ordenadores, que ofrece soporte y acompañamiento a las personas sin hogar en su proceso de reinserción. También incluye una caja fuerte digital para la conservación segura de documentos en la nube.
TripApp: esta aplicación recoge información de una amplia red europea de laboratorios de análisis de drogas con el fin de alertar a los usuarios sobre la presencia de drogas peligrosas o adulteradas, a fin de reducir algunos de los daños más graves vinculados al consumo de drogas.
TapTapSee: app dirigida a personas ciegas o con visibilidad reducida, que cuenta con reconocimiento de imagen con el fin de ofrecer una descripción de lo que el usuario fotografía. [2]
CalmCounter: aplicación de gestión emocional para personas neurodivergentes, con autismo o problemas de gestión de la ira, que tiene el objetivo de ayudar a mejorar el autocontrol con estrategias sencillas. [3]
MY3: esta app está pensada para personas con ideación y conductas suicidas, y tiene la función de añadir a tres personas de confianza para definir una red cercana y un plan de seguridad en momentos de crisis. [4]
mDad (Mobile Device Assisted Dad): una aplicación para smartphone que tiene como objetivo mejorar la implicación y los conocimientos educativos de los padres que tienen dificultades en este aspecto, ayudándoles a mejorar la relación con hijos e hijas. [5]
También existen muchas otras apps que se puede considerar introducir en las sesiones y alentar a las personas a utilizarlas en su día a día: por ejemplo, aplicaciones para ayudar a niños y niñas con problemas de aprendizaje, ya que en algunos casos pueden sentirse más cómodos comunicándose con una app móvil que con un profesional adulto con el que todavía no han establecido confianza.
Consejos para la intervención social a través de smartphones
Es importante que, al utilizar teléfonos móviles u otras tecnologías en las intervenciones, los trabajadores y trabajadoras sociales informen a las personas asistidas de los riesgos y beneficios de su uso, a fin de recibir su consentimiento informado antes de proceder. Estos son los principales aspectos a tener en cuenta [6]:
Evaluar la situación de la persona y su nivel de habilidad en el uso de smartphones
Prestar atención a sus necesidades y dificultades únicas, para adaptar el uso de estas tecnologías
Informar a la persona sobre la importancia de la confidencialidad y enseñarle cómo hacer un uso seguro de las aplicaciones, recordándole que es necesario asegurar la privacidad del entorno mientras se utilicen para la comunicación.
Separar las comunicaciones personales y profesionales, idealmente utilizando distintos dispositivos o, como mínimo, diferentes cuentas y espacios de almacenamiento.
El ‘machine learning’ ha empezado a implementarse en diversos ámbitos de los servicios sociales, como la detección del riesgo de exclusión social, del maltrato infantil o del riesgo de suicidio, o el soporte en el diagnóstico social de respuestas y de asignación de recursos. ¿Cómo funciona?
El machine learningo aprendizaje automático es una rama de la inteligencia artificial que permite que las máquinas aprendan mediante el análisis de datos, sin ser específicamente programadas. Esto permite que los sistemas sean capaces de identificar patrones y realizar predicciones o recomendaciones a través de algoritmos.
Esta tecnología está presente en diversos ámbitos de nuestro día a día, como en algunas de las plataformas de streaming más populares para sugerir contenido de interés, o en los sistemas internos de los bancos para detectar fraudes o movimientos irregulares. De la misma forma, es cada vez más frecuente que esta herramienta se adapte a otros ámbitos, como el entorno sanitario y los servicios sociales, aunque todavía no se ha alcanzado un consenso en su uso debido al tratamiento de datos personales y otros retos que plantea.
En los servicios sociales existen ya varios ejemplos en los que esta tecnología se está utilizando, en vista de los beneficios que se han observado en varios estudios realizados.
Detección y prevención de la exclusión social
PACT
Más de 120 millones de personas en la UE sufren riesgo de exclusión. La lucha contra la exclusión social es uno de los ejes a abordar a nivel social. Los modelos de predicción están ya muy extendidos en los ámbitos de la salud y en las compañías de seguros, pero su uso para la detección precoz de exclusión social todavía no se utiliza tanto en el sector social. En este sentido, los servicios sociales de la Junta de Castilla y León y la Universidad Politécnica de Madrid elaboraron en el marco del proyecto PACT una herramienta que utiliza el machine learning en la predicción de la exclusión en los servicios sociales, puesto que la detección precoz significa un mejor pronóstico para la persona. Según el documento de investigación de esa misma universidad, en las predicciones más conservadoras, el machine learning tiene una precisión de aproximadamente un 90% en la detección de ciudadanos que pueden estar en riesgo de exclusión. La aplicación está disponible online y, además, los trabajadores sociales pueden consultar los datos desde sus smartphones. [1]
Detección de desamparo y maltrato infantil
API
Uno de los ejemplos destacados es el uso de algoritmos para detectar y prevenir casos de desamparo y maltrato infantil es API, un sistema de soporte de análisis de free-text data que ha dado buenos resultados en la identificación de casos de maltrato infantil. Este sistema se evaluó en un estudio de 4 años en los Países Bajos, analizando durante este período una gran cantidad de datos detallados de los niños de la región. Este algoritmo se basa en varios índices que, a pesar de no ser diagnósticos de situaciones de abuso en sí mismos, sí son muy útiles al ofrecer una guía a los trabajadores sociales y señalar los posibles casos de maltrato para realizar una evaluación holística de la situación, ayudando a decidir los tipos de intervenciones más adecuadas. [2]
AFST
Otro ejemplo destacado es el Allegheny Family Screening Tool (AFST), sistema de Big Data de Pennsylvania (EE.UU.) que proporciona una evaluación objetiva de las situaciones de riesgo en la infancia. Este algoritmo ayuda a los servicios sociales en la detección y toma de decisiones para la activación de protocolos de intervención social en situaciones de riesgo de la infancia. En este sistema, cuando los trabajadores sociales reciben aviso de una situación de posible desamparo, el algoritmo calcula el índice de riesgo del caso para orientar a los profesionales sobre el tipo de actuación más adecuada, mediante el análisis de más de 100 parámetros.
Prevención del suicidio
Crisis text line
El uso del machine learning también se ha incorporado a los servicios sociales en el campo de la prevención del suicidio, Reino Unido, Irlanda, Canadá y EE.UU. Una línea de atención de emergencia por vía de mensajería utiliza esta tecnología para detectar a las personas en peligro inminente de suicidio desde las primeras conversaciones. El algoritmo cuenta con una amplia red neural que posiciona como emergencia aquellas conversaciones con patrones de alto riesgo para que la persona pueda recibir intervención en menos de 5 minutos. Esto ha facilitado que se salven más vidas. [3]
Apoyo en el diagnóstico social
DPR
Las profesionales de servicios sociales de atención primaria de la ciudad de Barcelona utilizan desde hace poco tiempo la herramienta DPR (Demandas, Problemas, Recursos) para recibir soporte en el momento de diagnosticar respuestas y asignar recursos. Se trata de una herramienta que analiza los casos y recomienda la respuesta a dar a las personas atendidas. La profesional que atiende una visita, tras transcribir en el ordenador sus anotaciones sobre lo más importante de la persona entrevistada, pulsando un botón obtiene en pocos segundos del sistema DPR una recomendación sobre la respuesta a dar o sobre la actuación a emprender. Este sistema “inteligente” permite a las profesionales sociales responder con mayor rapidez, seguridad y objetividad a las personas usuarias, y a las personas usuarias recibir un diagnóstico claro y con una alta fiabilidad de acierto. Esta herramienta ha sido entrenada mediante técnicas de machine learning a partir de los datos de 300.000 entrevistas realizadas por los servicios sociales del Ayuntamiento de Barcelona durante los años anteriores. Es, pues, una herramienta de “inteligencia colectiva”, que no sustituye a las decisiones de las profesionales sociales, sino que les ofrece una orientación basada en la experiencia colectiva de años anteriores y deja a sus manos la decisión final sobre la respuesta a dar en cada caso o situación.
Consideraciones en el análisis de datos predictivo en los servicios sociales
Durante los últimos años, algunas autoridades locales han empezado a implementar sistemas algorítmicos de soporte en la toma de decisiones para las intervenciones sociales. En respuesta a las preocupaciones surgidas de esta práctica, se ha hablado sobre un conjunto de consideraciones y consejos a tener en cuenta [4]:
Es necesario realizar análisis exhaustivos en contexto para lograr un entendimiento completo de las razones para implementar sistemas algorítmicos de toma de decisiones y sus efectos en cada servicio específico.
La investigación debe contar con los usuarios y los grupos vulnerables de una manera relevante, para entender sus perspectivas sobre los sistemas y cómo afectan a su relación con los servicios.
El proceso de implementación de servicios guiados por análisis de datos debería pertenecer a los profesionales que ofrecen los servicios y suponer un verdadero soporte para su práctica.
Aunque el análisis predictivo es el uso más noticiable de análisis de datos, no es el único. Hay otras aplicaciones que ya existen o que podrían producirse, de las que habría que estudiar sus funciones y efectos sociales.
Las redes sociales forman parte del día a día de muchas personas, también de los trabajadores sociales y usuarios de los servicios sociales. ¿Cómo utilizar éticamente como herramientas de intervención social?
La expansión del uso de Internet y de las redes sociales ha tenido un impacto muy significativo en todos los aspectos vitales. Estas herramientas permiten comunicarse con personas de todo el mundo y acceder a todo tipo de información de forma rápida y sencilla, cambiando así radicalmente el día a día de las personas. Pero, más allá de los cambios generales, ¿cómo han impactado las redes en el sector de los servicios sociales?
En muchos casos, la comunicación inmediata facilitada por los chats integrados en estas plataformas ha mejorado el contacto entre trabajadores sociales y usuarios, haciéndolo más ágil y asequible, por los costes que se ahorran en tiempo y transporte.
Además, los trabajadores sociales pueden llegar a más personas abriendo sus propias páginas en las redes sociales y actualizándolas con contenidos relevantes para el público. Esta ventaja también funciona a la inversa: las personas que necesitan ayuda pueden buscar fácilmente perfiles de trabajadores sociales adecuados a sus necesidades mediante estas plataformas.
Cómo hacer un buen uso de las redes sociales como trabajador social
El aspecto del uso de redes que más preocupa a los trabajadores sociales es la falta de regulación y cuestiones éticas relacionadas con la confidencialidad y la privacidad. Actualmente, la mayoría de las redes sociales distinguen entre perfiles personales y perfiles profesionales, y cada uno de ellos puede requerir procedimientos distintos. Sin embargo, los dos tipos de perfiles dan espacio a debate en cuanto a la interacción con los usuarios.
Por ejemplo, un perfil personal debería mantenerse totalmente separado de la vida profesional y escondido de los usuarios; mientras que una página profesional puede permitir que los usuarios la sigan a fin de ver información interesante.
En cualquier caso, si se utilizan redes sociales, se recomienda seguir algunos consejos para proteger la privacidad y la naturaleza profesional de la relación con los usuarios:
No aceptar ni enviar solicitudes de amistad a usuarios.
No realizar publicaciones con información relacionada con casos de usuarios, compañeros o aspectos del trabajo.
Hacer uso de la configuración de privacidad y ubicación para esconder información personal.
No buscar perfiles de usuarios de los servicios en las redes sociales por curiosidad; hacerlo sólo cuando está socialmente indicado por los estándares de la profesión y cuando esté justificado para ayudarle. Es necesario considerar cómo esta decisión puede influenciar la relación profesional con el usuario.
Tener una política de uso de redes claramente descrita para evitar malentendidos con usuarios y compañeros. Hay que ser coherente con estas políticas y evitar realizar excepciones, ya que pueden afectar a la credibilidad.
Vigilar con el uso de móviles y videollamadas, ya que las caras pueden ser visibles por las personas de alrededor. Además, los chats estándar no siempre son seguros para compartir cierta información.
Usos de las redes sociales en la intervención social
Es muy frecuente que los trabajadores sociales utilicen las redes para actividades como el networking, la promoción de sus servicios o incluso para realizar recaudaciones. Sin embargo, para algunos, su presencia en redes sociales comienza a ser también una parte de las intervenciones con usuarios en casos particulares.
Por ejemplo, si la persona a la que se está ayudando es un niño o adolescente que hace uso de las redes, y esta persona desaparece, éstas pueden ayudar a establecer contacto. En todo caso, es necesario utilizar el sentido común e intentar establecer con la persona en qué términos se hará uso de la conexión por redes, de forma que no se transgreda la privacidad.
Por otro lado, el conocimiento inmersivo de las redes sociales puede ayudar a los trabajadores sociales a detectar situaciones peligrosas como el grooming, para realizar las intervenciones necesarias y proteger al menor.
Hay algunos problemas en particular en los que las redes sociales han demostrado tener una gran utilidad como medio de intervención social:
Trabajo grupal con personas en situación de desempleo
La pérdida de los vínculos sociales y de la capacidad asociativa es un claro predictor de exclusión social. Varios estudios han puesto de relieve el efecto positivo en servicios sociales de la realización de dinámicas de grupo a través de Facebook en la mejora de la autoestima, el sentido mutuo de identificación, el apoyo mutuo o el reconocimiento y la capacidad de establecer vínculos y proyectos con los demás.
Es el caso por ejemplo de un grupo de 445 personas en paro que eran usuarias de los servicios sociales. Manifestaban dificultades para afrontar su situación de paro, carencia de vínculos con otras personas que las pudieran ayudar, y desconfianza hacia las instituciones públicas y los servicios sociales, aunque eran usuarias. Pero tenían Facebook.
El equipo de servicios sociales tomó nota de su presencia en Facebook y utilizó esta red social para fortalecer, a través de dinámicas grupales, las habilidades sociales y la capacidad asociativa, de empoderamiento personal y de ayuda mutua de todas estas personas.
¿Qué ocurrió? Los participantes establecieron un total de 2.129 interacciones de este tipo durante un año (2018) en forma de posts, likes y comentarios, que permitieron generar 8 comunidades de ayuda mutua en función de necesidades compartidas. Y posteriormente estas relaciones online fueron trasladadas al ámbito offline con encuentros presenciales. La interacción en los grupos reforzó en cada usuario el interés por los demás miembros del grupo, superando uno de los problemas habituales en la atención individual: conseguir que los usuarios dejen de hablar sólo de sí mismos.
La identificación con el grupo generó en estas personas una mayor autoestima, especialmente en las que llevaban mucho tiempo sin trabajo, a las menos cualificadas ya las de mayor edad. Y esto tuvo consecuencias incluso en su aspecto físico: personas con aspecto descuidado, empezaron a vestirse mejor y cuidar más la higiene personal. Los participantes aprendieron a expresar comentarios útiles, a apoyar, compartir el tiempo de forma responsable y explorar diferencias y puntos en común, tanto en el contexto online como offline. Y como consecuencia del éxito de esta dinámica grupal en Facebook, los usuarios empezaron a pedir más talleres e incluso solicitaron más tiempo para poder disponer del espacio y de los ordenadores, con el objetivo de mejorar su empleabilidad e inclusión social.
Los jóvenes recluidos o Hikikomori
Los jóvenes “escondidos” que apenas salen de su hogar sufren un grave riesgo de exclusión socioeconómica. Se trata de un fenómeno creciente en todo el mundo, pero especialmente en Japón y China. Un estudio realizado en Hong Kong, donde el porcentaje de jóvenes recluidos está creciendo a niveles alarmantes, analiza cómo las redes sociales son un recurso favorable a la hora de alcanzar a este grupo de la población.
Algunos casos documentados explican cómo estos jóvenes encontraron información de interés y programas adecuados a sus problemas psicosociales mediante las redes sociales. Además, la presencia online de los trabajadores sociales les parecía más accesible, facilitando que se pusieran en contacto.
Otras personas entrevistadas para el estudio explicaban que el uso de redes sociales en las intervenciones, al ser un entorno familiar y cómodo para ellos, les ayudaba a hablar más abiertamente de temas delicados, como la ideación suicida. Además, podían utilizar recursos como WhatsApp para enviar mensajes al trabajador social para tantearlo y ver si tenía disponibilidad para una conversación de mayor profundidad, de forma menos invasiva.
En Hong Kong, donde el uso de redes sociales no tiene las mismas regulaciones que en otras partes del mundo, los trabajadores sociales que tenían acceso a los perfiles de las personas a las que asistían afirmaban que podían ayudarse de éstos para detectar momentos de crisis.
Como inconveniente, un participante del estudio remarcaba la falta de comunicación completa a través de las redes, que omite el lenguaje no verbal, y hacía que algunas personas se sintieran inseguras a la hora de interpretar las emociones del trabajador social; dudando, por ejemplo, si la otra persona estaba contenta o sólo lo fingía. Otro participante afirmaba que la comunicación online dio pie a algún malentendido.
Protección de la infancia y personas desaparecidas
Algunos trabajadores sociales defienden que el uso de las redes sociales puede ayudar a encontrar evidencia de situaciones que requieren intervención. Por ejemplo, se ha documentado un caso en el que un trabajador social vio, a través de Facebook, una fotografía de un padre con su hijo; un hombre al que se le había prohibido el contacto con el menor.
Otro caso narra la experiencia de un proceso de adopción, en el que no se dio notificación a la madre biológica, argumentando que no se la había localizado por medios tradicionales. Esta situación se resolvió haciendo una búsqueda simple a través de Facebook, que permitió establecer contacto con ella fácilmente.
Además, las redes sociales también han sido de ayuda a la hora de localizar a personas desaparecidas o familiares separados, así como para identificar situaciones de riesgo, como maltrato o abuso de sustancias.
Sin embargo, estas funciones plantean un debate en torno a las implicaciones éticas: mientras algunos trabajadores sociales no se sienten cómodos con estas prácticas, otros defienden su uso con ciertas condiciones; como ser transparente con el hecho de que se utilizan las redes sociales en el seguimiento.
Los desastres naturales
En casos de desastres naturales, la conexión global que facilitan las redes ha permitido a los trabajadores sociales, familias y órganos de gobierno discernir información clave. Estas plataformas han jugado un papel esencial en la respuesta a las situaciones de desastre, que los trabajadores sociales han utilizado para informar y educar sobre el tema. Además, los profesionales del sector a menudo utilizan estas plataformas para reunir a familias que se habían separado a causa de los desastres, y para encontrar donantes y voluntarios durante las crisis.
[7] Social Media has helped Families, Social Workers, and the Government in Discerning Information during Calamities. Groupies Online. Disponible en: https://groupiesonline.wordpress.com/home/
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